La trayectoria de Hernán Macome con el Tucumán Rugby Club está marcada por una profunda conexión familiar que se remonta a más de cuatro décadas, cuando su padre decidió que esta institución se convirtiera en su hogar.

El director técnico, quien recientemente logró devolver al equipo a la cima del Regional del NOA, carga en sus venas una tradición que comenzó mucho antes de que él pisara por primera vez las canchas. Su vínculo con el club no es solo profesional, sino que forma parte de su identidad más íntima.

La emoción fue palpable en el rostro de Macome cuando su equipo alcanzó el campeonato. Las lágrimas que brotaron en ese momento histórico eran el reflejo de años de dedicación y de un legado que ha guiado cada uno de sus pasos en el mundo del rugby.

Para el entrenador, cada partido representa mucho más que un encuentro deportivo; es la continuación de una historia familiar escrita con los colores verde y negro que han teñido su vida desde la infancia. Esta pasión heredada se ha convertido en el motor de su exitosa carrera.

El regreso del «Verdinegro» a la máxima categoría regional bajo su dirección no es solo un logro técnico, sino la materialización de un sueño que ha acompañado a la familia Macome a través de generaciones, consolidando su lugar en la historia del rugby tucumano.