Concejal defiende el Código de Yerba Buena tras críticas: «Beneficia al vecino», asegura

El Concejo Deliberante de Yerba Buena sancionó el nuevo Código de Ordenamiento Urbano, una normativa que, de acuerdo con el concejal oficialista, Franco Marigliano, está pensada para beneficiar a los residentes y organizar el desarrollo de la localidad.

“La aprobación del código es el resultado de un esfuerzo prolongado y un trabajo exhaustivo, que se inició con un equipo encabezado por el intendente Pablo Macchiarola, quien se dedicó de lleno a su análisis”, comentó a LA GACETA el edil de Cambia Tucumán, quien también preside la comisión de Obras Públicas.

El procedimiento incorporó talleres de participación ciudadana con habitantes, instituciones barriales y comerciantes, los cuales aportaron su visión sobre el futuro de la ciudad. Según Marigliano, estas instancias de consulta se desarrollaron a lo largo del año anterior, lo que contribuyó a perfeccionar la iniciativa antes de su presentación en el Concejo durante abril y mayo del corriente año.

Ante los cuestionamientos

En una entrevista con LG Play, justificó la ratificación del código frente a las objeciones de algunos concejales respecto a un presunto “apresuramiento” y a eventuales ventajas para el sector inmobiliario. “No existe ninguna prisa, esto se analiza desde hace mucho. Y no fue diseñado para los desarrolladores inmobiliarios, sino para el vecino; beneficia al vecino y le da un marco de organización a la ciudad”, sostuvo.

El concejal remarcó que uno de los propósitos centrales del código es impulsar la oferta de viviendas económicas y variadas. “Actualmente, el acceso a una propiedad en Yerba Buena es costoso y restrictivo. Esta normativa posibilitará la construcción de casas individuales, dúplex y edificios de hasta cuatro niveles en zonas específicas, manteniendo siempre el perfil paisajístico y la identidad de ciudad jardín”, precisó.

Asimismo, el nuevo marco regulatorio incluye disposiciones para la conservación del medio ambiente y la planificación territorial, como la exigencia de retirar las construcciones de las líneas medianeras para asegurar espacios verdes y corredores naturales, además de la salvaguarda de áreas de futura expansión.

Marigliano aclaró que el Código de Ordenamiento no soluciona inconvenientes de infraestructura, como el abastecimiento de agua o energía, pero sí define un marco legal que posibilita proyectar la ciudad con una mirada a largo plazo. “Ahora es el Estado el que le fija las reglas al inversor, y no al contrario”, expresó.

El código será promulgado y difundido en el boletín oficial en las próximas semanas, instancia a partir de la cual comenzará a regir de manera formal en Yerba Buena.

“Es un trabajo colectivo en el que intervinieron vecinos y quienes apuestan al desarrollo de la ciudad, desde una perspectiva positiva, y no concentrándose únicamente en los empresarios. Esto posibilitará una expansión organizada, con opciones habitacionales accesibles y protegiendo nuestro patrimonio natural”, finalizó Marigliano.

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