La inflación de 2025 marcará un mínimo histórico en ocho años

Pese a la coyuntura electoral y al encarecimiento de la carne en el último tramo del año, el 2025 finalizará con el índice de precios anual más reducido desde 2017. Así, solo durante el segundo año de Mauricio Macri se observó una cifra menor, cuando la inflación fue del 24,8%.

Entre los meses de enero y noviembre, el acumulado de la suba de precios llegó al 27,9%. Con una proyección para diciembre que ronda entre el 2,5% y el 2,8%, el indicador anual se situará por debajo del 32%. Incluso si el último mes del año alcanzara un 3%, el total anual quedaría cerca del 31,7%.

Esta cifra adquiere mayor relevancia al considerar el escenario heredado por la actual administración. En 2023, la inflación escaló al 211,4%, y hacia el cierre de ese período la dinámica de precios evidenciaba una aceleración aún más pronunciada. A lo largo de los cuatro años del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, el aumento acumulado de precios superó el 1.100%.

En este marco, la desaceleración inflacionaria se erige como uno de los principales éxitos del primer bienio de la gestión de Javier Milei. En su año inicial de mandato, el índice cayó casi 100 puntos porcentuales: desde el 211,4% en 2023 hasta el 117,8% en 2024, acompañado por una contracción del PBI relativamente moderada del 1,7% anual y una recuperación del 1,4% en el último trimestre de ese año.

A lo largo de 2025, la inflación se mantuvo controlada a pesar de factores que ejercieron presión alcista, como los ajustes en las tarifas de servicios públicos -en el contexto de la reducción de subsidios- y el aumento del valor de la carne desde noviembre. En contrapartida, la apertura de importaciones contribuyó a moderar los precios en sectores como textiles, indumentaria, calzado y electrodomésticos. El pico máximo del año se registró en marzo, con un 3,7%.

Según las estimaciones vigentes, el Presupuesto recientemente sancionado por el Senado anticipa una inflación del 10,1% para 2026. No obstante, se trata de una proyección elaborada en septiembre que ya luce desactualizada. En ese momento, por ejemplo, se estimaba un dólar a $1.423 para fines de 2025, mientras que el esquema de actualización de la banda cambiaria ya establece un techo de $1.565 para enero próximo.

Entre mayo y agosto de este año, la inflación mensual fluctuó entre el 1,5% y el 1,9%. Sin embargo, desde septiembre comenzó a repuntar: 2,1% ese mes, 2,3% en octubre y 2,5% en noviembre. Para diciembre, las proyecciones oscilan entre el 2,5% y el 3%, lo que determinará un índice anual de entre 31,1% y 31,7%.

En una perspectiva de largo plazo, el dato resulta significativo. Desde el «Rodrigazo» de junio de 1975, la Argentina atravesó casi cinco décadas de alta inflación, con excepción de dos períodos: la convertibilidad (1991-2001) y los primeros años del kirchnerismo (2003-2007). De hecho, entre 1975 y 1992 solo en 1986 -durante el Plan Austral- se anotó una inflación anual de dos dígitos, del 90%, y recién en 1994 se logró descender a un solo dígito.

El deterioro inflacionario estuvo íntimamente ligado al incremento de la pobreza. De los aproximadamente 800.000 pobres que había en 1974 -menos del 4% de una población de 24 millones- se pasó a cerca de 18 millones en la actualidad. En ese lapso, mientras la población se duplicó, la cantidad de personas bajo la línea de pobreza se multiplicó por más de 20.

En este contexto, la reducción de la inflación aparece como un logro relevante, aunque aún insuficiente si no se consolida con crecimiento económico, empleo e ingresos. Según un análisis de BBVA Research, entre 2025 y 2027 la economía argentina podría encadenar tres años consecutivos de expansión, algo que no ocurre desde 2006.

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