Equinoterapia: Una herramienta para mejorar la calidad de vida

Equinoterapia: Una herramienta para mejorar la calidad de vida
En Yerba Buena “El Campito” pone a disposición un equipo de profesionales que busca  sanar diferentes dolencias a través de la relación que se genera con los caballos.
“Yo me desesperaba por los caballos”, explica Juan José Gómez López, un ingeniero Zootecnista que trabaja hace 40 años con estos animales y hace más de 20 que se dedica a la equinoterapia. “He nacido sin una mano y  sin saber nada de equinoterapia, mi papá a los 3 años me regaló un caballo”. Según su relato, gracias al contacto con los equinos desde muy pequeño, pudo desarrollar con naturalidad su vida social.
Gracias a su pasión por los equinos y a su conocimiento sobre el cuidado de estos animales, fundó un espacio donde personas de diferentes edades y con diferentes dolencias pueden mejorar su calidad de vida, al igual que ocurrió en su caso. “Yo le echo la culpa a los caballos de que me haya podido desarrollar en forma social acorde a la sociedad vigente: soy casado, tengo hijos, trabajo”.  Este espacio se llama “El Campito” y funciona en  Avenida Aconquija al 800 desde hace 25 años aproximadamente.
El proyecto, que se gestó a pulmón y funciona de forma privada, nació en la búsqueda de una fuente de trabajo alternativa de su profesión. “Estudié zootecnia y me recibí en el año 2000. Buscando una fuente de trabajo alternativa, empecé a realizar de forma comercial la actividad del caballo y me empecé a capacitar 25 años atrás. En ese momento, no se  conocía mucho sobre la equinoterapia, hoy hay muchos centros que la practican”, relata. 
La equinoterapia consiste en sesiones que varían la duración desde los 10 minutos hasta los 45 como máximo y pueden ser a corto o largo plazo. En estos encuentros los pacientes se relacionan con los caballos de diferentes maneras, según la patología o la dolencia.  Su objetivo es mejorar la calidad de vida de la población en general.
A pesar de lo que creen algunos, no consiste sólo en montar, existen otras tareas terapéuticas como  conectarse con caballo conocerlo y construir una relación. En este sentido, se trabaja a base del animal, es decir, alimentándolo, cepillándolo, preparándolo con el equipo necesario y trasladándolo de un lado a otro y tambien arriba del caballo, la  monta propiamente dicha.
Juan José se encarga de la coordinación general y trabaja junto a un profesor de educación física y una médica. En cada caso de los pacientes que se acercan a practicar esta terapia, este equipo trabaja conjuntamente con los psicólogos, psiquiatras u otros médicos que ya vengan tratándolos. De este modo, cada paciente ya llega con una rutina de actividades determinadas, con un tratamiento establecido y desde “El Campito” se amoldan a esas necesidades.
Al acudir a este centro de equinoterapia se coordina una entrevista para solicitar informes de médicos que se encuentran tratando a cada paciente para conocer la situación real de cada uno. En base a esta información se elabora un plan de trabajo acorde a esas necesidades. Es por esto que cada plan es particular.
“Si viene un chico en sillas de ruedas necesitamos que haya monta propiamente dicha, porque se mueven los órganos internos, hay una serie de beneficios a través de la monta; si en cambio es una chica con anorexia, o alguien con síndrome de Down o autista,  es decir, que se mueve, va y viene, si bien se trabaja con la monta, es más importante el manipuleo del animal: llevarlo traerlo, bañarlo  darle de  comer, cepillarlo, ponerle el equipo. En las personas que no tienen movilidad reducida, se trabaja mucho más en la parte psicológica que en la parte física  y viceversa”, explica.
“La equinoterapia es para todos” dice convencido Juan José, sin embargo asegura que no todos los que trabajan en el rubro consideran lo mismo. “Esta terapia no es sólo para chicos discapacitados, es para vos que estás estresada, es para un niño de sobre peso, para tratar una bulimia, una anorexia. De acuerdo a la patología o dolencia que tiene el paciente, es el tipo de trabajo que se realiza”, explica.
Y agrega: “Por ahí la gente dice que alguien con escoliosis no puede hacer equinoterapia. Pero en realdad no puede montar, pero sí manipular el caballo. Eso también es equinoterapia”.

“Yo me desesperaba por los caballos”, explica Juan José Gómez López, un Ingeniero Zootecnista que trabaja hace 40 años con estos animales y hace más de 20 que se dedica a la equinoterapia. “He nacido sin una mano y  sin saber nada de equinoterapia, mi papá a los 3 años me regaló un caballo”. Según su relato, gracias al contacto con los equinos desde muy pequeño, pudo desarrollar con naturalidad su vida social.

Gracias a su pasión por los caballos y a su conocimiento sobre el cuidado de estos animales, fundó un espacio donde personas de diferentes edades y con diferentes dolencias pueden mejorar su calidad de vida, al igual que ocurrió en su caso. “Yo le echo la culpa a los caballos de que me haya podido desarrollar en forma social acorde a la sociedad vigente: soy casado, tengo hijos, trabajo”. Este espacio se llama “El Campito” y funciona en  Avenida Aconquija al 800 desde hace 25 años aproximadamente.

El proyecto, que se gestó a pulmón y funciona de forma privada, nació en la búsqueda de una fuente de trabajo alternativa de su profesión. “Estudié zootecnia y me recibí en el año 2000. Buscando una fuente de trabajo alternativa, empecé a realizar de forma comercial la actividad del caballo y me empecé a capacitar 25 años atrás. En ese momento, no se  conocía mucho sobre la equinoterapia, hoy hay muchos centros que la practican”, relata. 

La equinoterapia consiste en sesiones que varían su duración desde los 10 minutos hasta los 45 como máximo y pueden ser a corto o largo plazo. En estos encuentros los pacientes se relacionan con los caballos de diferentes maneras, según la patología o la dolencia. Su objetivo es mejorar la calidad de vida de la población en general.

A pesar de lo que creen algunos, no consiste sólo en montar, existen otras tareas terapéuticas como  conectarse con caballo conocerlo y construir una relación. En este sentido, se trabaja a base del animal, es decir, alimentándolo, cepillándolo, preparándolo con el equipo necesario y trasladándolo de un lado a otro y tambien arriba del caballo, la  monta propiamente dicha.

Juan José se encarga de la coordinación general y trabaja junto a un profesor de educación física y una médica. En cada caso de los pacientes que se acercan a practicar esta terapia, este equipo trabaja conjuntamente con los psicólogos, psiquiatras u otros médicos que ya vengan tratándolos. De este modo, cada paciente ya llega con una rutina de actividades determinadas, con un tratamiento establecido y desde “El Campito” se amoldan a esas necesidades.

Al acudir a este centro de equinoterapia se coordina una entrevista para solicitar informes de médicos que se encuentran tratando a cada paciente para conocer la situación real de cada uno. En base a esta información se elabora un plan de trabajo acorde a esas necesidades. Es por esto que cada plan es particular.                                                                                                                                           

“Si viene un chico en sillas de ruedas necesitamos que haya monta propiamente dicha, porque se mueven los órganos internos, hay una serie de beneficios a través de la monta; si en cambio es una chica con anorexia, o alguien con síndrome de Down o autista, es decir, que se mueve, va y viene, si bien se trabaja con la monta, es más importante el manipuleo del animal: llevarlo traerlo, bañarlo  darle de  comer, cepillarlo, ponerle el equipo. En las personas que no tienen movilidad reducida, se trabaja mucho más en la parte psicológica que en la parte física  y viceversa”, explica.

“La equinoterapia es para todos” dice convencido Juan José, sin embargo asegura que no todos los que trabajan en el rubro consideran lo mismo. “Esta terapia no es sólo para chicos discapacitados, es para vos que estás estresada, es para un niño de sobre peso, para tratar una bulimia, una anorexia. De acuerdo a la patología o dolencia que tiene el paciente, es el tipo de trabajo que se realiza”, explica. Y agrega: “Por ahí la gente dice que alguien con escoliosis no puede hacer equinoterapia. Pero en realdad no puede montar, pero sí manipular el caballo. Eso también es equinoterapia”.

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