En Los Lirios Tennis Club funciona una escuela a cargo de los entrenadores Martín Mendoza y Facundo Palacio, ex jugador de esta disciplina que logró el 4 puesto en su categoría a nivel mundial.
“Facundo es alumno mío hace bastante tiempo. El año pasado decidió dejar de jugar y a mí particularmente no me gustaba mucho la idea. Una manera de que no se aleje tanto del deporte, era armar esta escuela de tenis adaptado”, confiesa Martín Mendoza.
Con este puntapié inicial, comenzaron un proyecto que está próximo a cumplir un año en febrero. Martín es entrenador de tenis hace 9 años y hace 7 que se dedica al tenis adaptado. Junto a Facundo Palacio, ex jugador tucumano de tenis adaptado que fue 4 en su categoría Junior, comenzaron a trabajar en una escuela de tenis adaptado que funciona en el Los Lirios Tennis Club en Yerba Buena (Rubén Darío 493).
No es muy distinto al tenis convencional, la única diferencia es que los chicos juegan en sillas de ruedas y tienen dos piques para jugar. A este deporte lo practican chicos con lesiones o con algún problema congénito que les impida desplazarse de manera convencional.
La silla con la que se practica este deporte tiene 5 ruedas: dos adelantas una atrás, para no volcar y las dos grandes están inclinadas para dar estabilidad. “Vienen para hacer deporte; aprenden a manejar la silla y a pegarle a la pelota, una vez que eso pasa ya pueden jugar”, explica Martín.
Por su parte, Facundo destaca “es igual de lindo jugar un partido convencional y uno adaptado. A los chicos les queremos enseñar que el deporte a todo el mundo lo ayuda en lo físico y en lo emocional sea o no adaptado. Que se animen a hacer algo por su vida. Hay mucha gente discapacitada que, como no está integrada a la sociedad, a lo mejor dice “yo no puedo hacer esto”, “me van a ver mal en la calle”.
Benjamín Viaña, un alumno de 11 años que asiste a escuela desde febrero, llegó a jugar en el torneo Cañuelas Open en Buenos Aires, tuvo un buen desempeño y lo convocaron para entrenar con la selección.
Alfredo, papá de Benjamín reconoce la importancia de acceder a este tipo de práctica: “empezó como una parte de complemento a la rehabilitación kinesiológica y fue ganando espacio. Se sintió familiarizado rápidamente con el deporte y fue reemplazando la kinesiología por la práctica del tenis. Se divierte mucho, es natural para él que tiene 11 años”.
Facundo, destaca que en los medios y en la sociedad, no se le da la misma importancia a los torneos de tenis adaptado “no es lo mismo el tenis convencional que el adaptado, no lo pasan por la tele, no va gente, no hay difusión ni internacional, ni local. Y eso que tenemos al número uno del mundo, Gustavo Fernández”, comenta.
En Argentina hay dos torneos al año, entonces se necesitan sponsors “como no conocen, prefieren poner en tenis convencional. Es igual de lindo jugar un partido convencional y adaptado, pero no tienen difusión los deportes adaptados”.
Como proyecto a futuro, buscan formar una escuela regional de tenis adaptado. El objetivo es que puedan participar alumnos de Santiago del Estero, de Catamarca, y de las provincias cercanas, porque hay muchas dificultades económicas para el traslado a Buenos Aires, donde deben ir aquellos que quieran hacer alto rendimiento.
“Queremos trabajar en conjunto con Buenos Aires, que entrenen acá y cuando tengan que competir que se trasladen allá, porque hay muchos chicos que terminan dejando porque se tienen que alejar mucho de la familia. Nos falta adaptar los baños y empezar a mover influencias porque hay que tener en cuenta el traslado y alojamiento”.
“Facundo es alumno mío hace bastante tiempo. El año pasado decidió dejar de jugar y a mí particularmente no me gustaba mucho la idea. Una manera de que no se aleje tanto del deporte, era armar esta escuela de tenis adaptado”, confiesa Martín Mendoza.
Con este puntapié inicial, comenzaron un proyecto que está próximo a cumplir un año en febrero. Martín es entrenador de tenis hace 9 años y hace 7 que se dedica al tenis adaptado. Junto a Facundo Palacio, ex jugador tucumano de tenis adaptado que fue 4 en su categoría Junior, comenzaron a trabajar en una escuela de tenis adaptado que funciona en el Los Lirios Tennis Club en Yerba Buena (Rubén Darío 493).
No es muy distinto al tenis convencional, la única diferencia es que los chicos juegan en sillas de ruedas y tienen dos piques para jugar. A este deporte lo practican chicos con lesiones o con algún problema congénito que les impida desplazarse de manera convencional.
La silla con la que se practica este deporte tiene 5 ruedas: dos adelantas una atrás, para no volcar y las dos grandes están inclinadas para dar estabilidad. “Vienen para hacer deporte; aprenden a manejar la silla y a pegarle a la pelota, una vez que eso pasa ya pueden jugar”, explica Martín.
Por su parte, Facundo destaca “es igual de lindo jugar un partido convencional y uno adaptado. A los chicos les queremos enseñar que el deporte a todo el mundo lo ayuda en lo físico y en lo emocional sea o no adaptado. Que se animen a hacer algo por su vida. Hay mucha gente discapacitada que, como no está integrada a la sociedad, a lo mejor dice “yo no puedo hacer esto”, “me van a ver mal en la calle”.
Benjamín Viaña, un alumno de 11 años que asiste a escuela desde febrero, llegó a jugar en el torneo Cañuelas Open en Buenos Aires, tuvo un buen desempeño y lo convocaron para entrenar con la selección.
Alfredo, papá de Benjamín reconoce la importancia de acceder a este tipo de práctica: “empezó como una parte de complemento a la rehabilitación kinesiológica y fue ganando espacio. Se sintió familiarizado rápidamente con el deporte y fue reemplazando las sesiones de kinesiología por la práctica del tenis. Se divierte mucho, es natural para él que tiene 11 años”. Facundo, destaca que en los medios y en la sociedad, no se le da la misma importancia a los torneos de tenis adaptado “no es lo mismo el tenis convencional que el adaptado, no lo pasan por la tele, no va gente, no hay difusión ni internacional, ni local. Y eso que tenemos al número uno del mundo, Gustavo Fernández”, comenta.
En Argentina hay dos torneos al año, entonces se necesitan sponsors “como no conocen, prefieren poner en tenis convencional. Es igual de lindo jugar un partido convencional y adaptado, pero no tienen difusión los deportes adaptados”.
Como proyecto a futuro, buscan formar una escuela regional de tenis adaptado. El objetivo es que puedan participar alumnos de Santiago del Estero, de Catamarca, y de las provincias cercanas, porque hay muchas dificultades económicas para el traslado a Buenos Aires, donde deben ir aquellos que quieran hacer alto rendimiento.
“Queremos trabajar en conjunto con Buenos Aires, que entrenen acá y cuando tengan que competir que se trasladen allá, porque hay muchos chicos que terminan dejando porque se tienen que alejar mucho de la familia. Nos falta adaptar los baños y empezar a mover influencias porque hay que tener en cuenta el traslado y alojamiento”.