Navidad en el hospital: la magia de Papá Noel entrega sonrisas y esperanza

En un espacio donde a nadie le gustaría celebrar las fiestas, la ilusión igualmente hizo su aparición. Esta mañana, el emblemático personaje de barba blanca y traje rojo visitó las habitaciones del nosocomio pediátrico, acompañado por miembros de la Fundación Juventud Activa de Tafí Viejo, quienes distribuyeron aproximadamente doscientos regalos entre los niños hospitalizados y sus familiares.

El momento fue tan emotivo como sencillo. Un disfraz característico, una gran bolsa llena de sorpresas y pequeños que, a pesar de las circunstancias complejas, lograron esbozar una sonrisa. «Llevamos más de veintiún días organizando una campaña de donaciones. Somos adolescentes de Tafí Viejo y nuestro deseo era que estos pacientes tuvieran una celebración diferente», explicó uno de los voluntarios de la agrupación, compuesta por alumnos de nivel secundario de 15 a 17 años.

Junto a los artículos recibidos por colaboración, varios de los juguetes fueron elaborados por los mismos jóvenes en los talleres de manualidades que la fundación sostiene. La visita abarcó diferentes sectores de internación, siempre con el aval de la dirección del hospital y cuidando la privacidad de cada grupo familiar.

En cada sala, la entrada del viejo pascuero generó asombro, alegría y, en varios casos, una inevitable emoción. «No se trata del valor del obsequio, sino del detalle, de la compañía, de la risa que les saca», expresaron de manera similar padres y madres que permanecen al lado de sus hijos durante la estadía hospitalaria.

Mabel, madre de Agustín, uno de los pequeños internados, condensó el sentir general. «Es una Navidad diferente para nosotros, pero estamos profundamente agradecidos. Estos gestos nos cargan de ánimo». Paula, otra mamá, destacó que su hija recibiría el alta médica antes del anochecer: «Hoy, esta visita también nos llena de esperanza».

La conmoción también tocó al equipo de salud. Juana, una enfermera con dos décadas de servicio en el hospital, no pudo contener el llanto: «Acá se llora mucho, pero también se cura. La enfermera es todo: madre, apoyo, consuelo. Acciones como estas nos reafirman por qué seguimos en esta vocación».

Desde la fundación remarcaron que la institución acaba de cumplir su primer aniversario y ya ha llevado adelante iniciativas solidarias en geriátricos y otros ámbitos. «Cuando hay voluntad, se puede. Esto es puro trabajo y ganas de los jóvenes», enfatizaron.

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