Tras el castigo impuesto hace unas semanas a Tucumán Rugby por los incidentes protagonizados por su público en la definición del torneo Regional, la Unión de Rugby de Tucumán ajustó la medida que afectaba al estadio del equipo «Verdinegro». Como contrapartida, sancionó con severidad a un hincha.
A raíz de un informe de la Comisión de Competencias, que sostuvo que la parcialidad del club de Marcos Paz arrojó elementos peligrosos, atacó a deportistas contrarios e intentó generar disturbios, el Tribunal Inferior de Disciplina dispuso cinco fechas sin localía para el campo de juego de Tucumán Rugby en los encuentros oficiales de la máxima categoría.
Después del recurso presentado por la directiva que conduce Julio Paz, el Tribunal Inferior resolvió confirmar las cinco fechas de suspensión. No obstante, introdujo una precisión que mitiga en parte la situación del club yerbabuenense: únicamente dos serán de ejecución inmediata, en tanto que las otras tres quedarán condicionadas. De este modo, solo se verá privado de jugar en casa en sus dos primeros compromisos del año 2026.
Sumado a esta restricción, Tucumán Rugby tendrá que llevar a cabo un trabajo comunitario en conjunto con un club formativo. Quien recibió un penalización considerable fue Santiago Chebaia, aficionado de la institución. Imputado por haber agredido a Javier Budeguer, titular de la URT, Chebaia fue inhabilitado por 34 semanas. Esto significa que no podrá asistir a partidos oficiales organizados por la URT en ese lapso (más de ocho meses).
