Desde hace más de un mes que los vecinos de barrio Araujo, de Yerba Buena, padecen la falta de agua. Esta semana, y luego de insistentes reclamos a la empresa SAT (Sociedad Aguas del Tucumán), decidieron realizar cortes de calle para llamar la atención de las autoridades.
Son entre 200 y 250 las familias afectadas. Habitan en la zona sur de Yerba Buena, muy cerca del canal que separa al municipio de El Manantial. Denuncian que es un problema de vieja data, aunque fue en el último mes en que la situación se volvió insostenible.
Ante este panorama de total indefensión, los vecinos han volcado su reclamo a las calles. Este miércoles, por segundo día consecutivo, interrumpieron el tránsito en avenida Camino de Sirga y Las Lanzas. En esa esquina, aseguran, hay comercios y barrios privados conectados clandestinamente a la red de agua.
“Nos cansamos de llamar a la SAT, siempre dicen que vienen y aquí los seguimos esperando”, reclama uno de los vecinos en el corte. “Antes venían y movían una perilla y el agua volvía a salir, ahora nada, nadie nos dice qué es lo que pasa, nos cansamos de llamar por teléfono y de la Municipalidad nadie se acercó a preguntarnos si necesitábamos algo, no tenemos agua ni para tomar”, se lamenta otro de los manifestantes.
Tanto el martes como este último miércoles, las protestas se realizaron pasadas las 18. No es casual el horario, ya que es cuando todos los vecinos han podido salir de sus trabajos. Esto lo aclaran ante versiones precoces que circularon a través de redes y grupos de WhatsApp desde donde aseguraban que estaban demandando algún tipo de subsidio al gobierno.
“No somos planeros, estamos pidiendo algo tan básico como agua. ¿Alguien puede vivir sin agua?”, recrimina Elisa, una de las voceras de la protesta, quien estas últimas semanas ha estado yendo al trabajo con botellas y bidones para quienes la esperan en casa. También en su trabajo debe ducharse antes de terminar su jornada, de otro modo es imposible. El resto de las personas debe acudir a familiares en otros barrios o esperar a las 3 de la madrugada para llenar baldes o el recipiente que sea con el único hilo de agua que corre en el día desde hace más de un mes.
“Estamos cansados y sabemos que este tipo de protesta molesta, pero queremos que alguien nos dé una respuesta, no podemos seguir así”, concluyó Elisa.