La pandemia de coronavirus ha tenido efectos desastrosos en la vida cotidiana de muchas familias en todo el mundo. Como aspecto positivo cabe notar que uno de los «efectos secundarios» de los confinamientos ha sido que el ajedrez ha vivido un auténtico de auge a través del clásico juego de mesa, o hasta incluso en descargas de aplicaciones para jugar ajedrez on-line con rivales de cualquier parte del mundo.
Hay que tener en cuenta que la etiqueta “Pandemials” refiere a la identificación de niños y niñas que se hallan entre los 0 y 5 años de edad que cursan la Educación Inicial o el Preescolar; y que se encuentran confinados en la actual crisis sanitaria global causada por la Covid-19. A raíz de esto, se cree que los pandemials tendrán mayores dificultades en el desarrollo de sus habilidades mentales, emocionales y motoras y, por consiguiente, en su capacidad de aprendizaje.
En este sentido, surge el término de “Preajedrez” que no se trata solo de la enseñanza básica del ajedrez propiamente dicha; sino también de la utilización de algunos de sus elementos, como por ejemplo el tablero y las figuras de ajedrez, para trabajar aspectos importantes del currículo de educación inicial. Por ello, el ajedrez tiene mucho que decir y aportar debido a que se adapta satisfactoriamente, través de la cultura digital, a los nuevos escenarios inducidos por la propia pandemia.
Es cierto que, en el marco de incertidumbre, la educación en general (en sus distintas modalidades) y el ajedrez en particular, han tenido una amplia exposición mediática como nunca antes en la historia. Inclusive, combinados a través de la enseñanza y el entrenamiento del ajedrez en sus diversos niveles; en la formación, capacitación y actualización de docentes, instructores y entrenadores de ajedrez. En este sentido, el ajedrez tiene mucho que decir y aportar debido a que se adapta satisfactoriamente los nuevos escenarios inducidos por la propia pandemia.