Todo está salvado -Néstor Grau, un Sócrates de Angastaco-

Todo está salvado -Néstor Grau, un Sócrates de Angastaco- 
Nestor Grau, un hombre justo y bueno del Tucumán
Vacaciones de julio de 2003. Es un día soleado, con un cielo salteño límpido y refulgente, en el mar de arriba; a nuestros pies, un arenal blanco, el mar de abajo.
Estamos en camino, paseando por los Valles Calchaquíes. Nos dirigimos al «camposanto» de Angastaco; allí, hace treinta años, se encuentra enterrado un profesor de filosofía. En la lápida se lee: «Néstor A. Grau *25 de Mayo 1928 / +23 de Julio 1973 / Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios». No sé si Néstor, tan amante de la filosofía y de sus dioses griegos, hubiese elegido esa frase, pero, si hay Dios, como creo, Néstor Grau, sin duda, lo contemplará admirado y extasiado, con esa mirada profunda y clara que brotaba de un corazón humilde y generoso; un corazón amigable y amistoso. Y lo digo con gratitud, dando testimonio personal de uno de sus alumnos adolescentes, a quien Grau mostró que, liberarse de las cadenas, subir la ardua montaña, salir de la caverna y ver las cosas a plena luz del día, valía y sigue valiendo la pena.
Corrían los tormentosos años sesenta: irrumpían los Beatles, «all you need is love». Los hippies apostaban a las palomas: «make love, not war», «love and peace»… «flower power». Desde la otra orilla, los halcones y los sicarios de siempre cultivaban las flores del mal y de la muerte. La revuelta estudiantil del Mayo del 68 francés voceaba por las calles «la imaginación al poder». La Iglesia Católica vivía el aggiornamento del Concilio Vaticano II; los documentos conciliares y las encíclicas de Juan XXIII y Pablo VI hablaban de la Iglesia «experta en humanidad»; alentando al gozo y a la esperanza; sembrando «Paz en la Tierra»; promoviendo y reclamando «Paz y Justicia»; impulsando el «Progreso de los Pueblos» y poniendo como norte para librar el buen combate a la más bella y comprometedora utopía: la Civilización del Amor.
En contraste con ello, en nuestra patria chica, la dictadura militar encabezada por Onganía iniciaba la «Revolución Argentina», de triste memoria: el vaciamiento universitario tras la «noche de los bastones largos» y el cierre de los ingenios azucareros en Tucumán incubarían el huevo de la serpiente del que, en los setenta, nacería una de las más oscuras y trágicas noches de la historia del país, con más muerte, con más crimen, con más horror: la tortura, los desaparecidos, la «guerra sucia»… años de plomo, sangre e ignominia. Y en medio de tanto ruido y de tanta furia, en el pequeño pago provinciano, unos adolescentes, tan perplejos, confundidos y atemorizados como los que más, aprendíamos lo que vivíamos; y no podía ser de otra manera.
No hay escuela sin enseñanza de la buena vida; sin buenos maestros que la enseñen, consagrando su propia vida a la enseñanza. Esa, decía por ese entonces Pablo VI, es la única clave para el anuncio de la «buena nueva» de todo magisterio: enseñar con la propia vida, porque los hombres de nuestro tiempo (y de todo tiempo, añadamos), escuchan más a los que dan testimonio que a los que enseñan, y si escuchan a los que enseñan, es porque dan testimonio. Néstor Grau era un maestro de esos; en medio del ruido y de la furia, mostraba que el amor a la verdad podía convertirse en proyecto de vida. Su socratismo mostraba, de un modo indeleble, que la vida verdadera y buena es una conquista al alcance de todo hombre que se pone a la escucha de su «daimon», auscultando las «razones del corazón», de las que luego hablaría Pascal, para conjugar ciencia y conciencia, y que nos lleven al buen puerto de una vida feliz.
Decididamente, Grau no encajaba en esos tiempos violentos; su magisterio era, como el de todo maestro, inactual. Iba a contrapelo del prepotente y beligerante vértigo de la historia cotidiana, la efímera y minúscula historia que aparece en los diarios; no la historia real, la historia viva, la historia verdadera, la «intrahistoria» de la que habla Unamuno. Los que entonces pisábamos el umbral de los estudios universitarios nos preguntábamos qué queríamos ser cuando fuésemos «grandes». Entonces, como hoy, eran pocos los jóvenes que tuviesen el coraje para inscribirse en los estudios de filosofía. ¡¿Filosofía?! ¿Para qué sirve? Varias décadas atrás, Juan B. Terán fundó la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT, en un contexto «positivista», reconociendo que el estudio de las humanidades era «inútil, pero imprescindible». Néstor Grau fue para nosotros en esos años, el primer testimonio vivencial de esa verdad. Con él experimentamos «encarnadamente» que el amor al saber, la vida reflexiva y la búsqueda de la verdad por la verdad misma, no son útiles en absoluto, pero son imprescindibles… para ser señores de nosotros mismos.
Del mismo modo, Josef Pieper, otro maestro del filosofar, ha enseñado que no es razonable vivir «filosofando»; la cotidianidad del hombre, con razón y naturalmente, tiene que estar ocupada por cuestiones más pedestres -pedes in terra-, y no extraviarse considerando cosas celestiales -ad sidera visus-.
Ahora bien, hay dos estímulos, dice Pieper, que son capaces de llevarnos a la actitud extraordinaria que reclama el filosofar, y esos dos motivos son el amor y la muerte, Eros y Tánatos, como decían los griegos. Por ello, parafraseando a Platón y a la Biblia, habría que estampar en el frontispicio de todas las escuelas filosóficas: !no entre aquí quien no haya experimentado con toda su mente, con todo su corazón y con toda su alma, el amor y la muerte».
Hace diez años, una compañera de «Introducción a la Filosofía» evocaba los últimos días del magisterio filosófico de Néstor Grau: «Recuerdo la última clase: del sobretodo oscuro salían las manos nudosas con una piel casi transparente, que tanteaban sobre la mesa el apoyo necesario, mientras miraba con ojos extrañamente profundos hacia la puerta vidriada de la entrada. Extremadamente delgado, tenía algo de ángel bañado por la luz blanca de las ventanas. / Ese día, sus ideas habitualmente ordenadas, parecían deshilachadas mientras hablaba de D. (sic), de la muerte, de la utilidad e inutilidad del hacer filosófico. / De repente una palabra empezó a desparramarse desde las últimas butacas, paralizándonos y helándonos el corazón: ?cáncer… cáncer… tiene cáncer… el profesor Grau se está muriendo… Grau se muere?». (1).
En 1973, en el umbral de su propia muerte, Néstor Grau da a publicidad un artículo concebido poco antes, titulándolo: La Filosofía y la Certidumbre de la Muerte como Experiencia Metafísica (2). Y en la conclusión de ese trabajo dice: «… La certidumbre de la muerte patentiza la paradoja, lleva la experiencia de la búsqueda hasta sus raíces, por eso es una experiencia metafísica. En ella la filosofía arriba a su legítima meta: a deponer su orgullo racional y en este instante afirmar como el único y legítimo saber: ?Sólo sé que no sé nada?» (3). Es clara y profunda la identificación de Néstor Grau con el destino socrático de toda filosofía auténtica. Veamos ahora, para concluir, en qué consiste ser «un Sócrates de Angastaco». En el siguiente número de la misma revista, que también vio la luz en el curso del año 1973, sale un artículo de Grau titulado Antuco de Angastaco. Tengo para mí que este relato muestra de un modo aún más vívido y entrañable, el cabal socratismo del angastaqueño Néstor Grau. 
¿Y quién es el mentado «Antuco de Angastaco»? «Le decíamos Antuco a Antonio Baltazar», dispara Grau; es, digamos, el lazarillo, ducho y vivaracho, que, trepando y jugando por esos cerros, inició a Néstor en la sabiduría arraigada en nuestro pueblo. Un día, arrimándose al precipicio, en el juego de rescatar un papelito echado a volar, Néstor sintió miedo de morir, y pidió amparo al cielo: «El milagro es súbito, el cangrejal y el sudor frío desaparecen totalmente y siento como si nunca hubiesen estado. Y aquí me da la impresión de que el tiempo se dilata en un punto de instantaneidad eterna… Y no tengo miedo, nada de miedo… Si tuviera que ubicar una palabra para nombrar ese instante singular, tal vez únicamente podría ser esta: paz. Y una paz que brinda seguridad porque un poder extraño me sostiene… Ella pareciera decirme que no debo temer nada. Que todo ese paisaje que se me ofrece ahora con una especie de resplandor óntico incomparable -vacío, rocas, fondo, rosetas, campos, cielo- y yo mismo dentro de él, que todo está salvado. Y entonces ya no me asombra que unos brazos huesudos, fuertes y flacos como sarmientos de la última poca, me levanten con presteza y me depositen suavemente en la ojiva de ?Cafayate?. / Pero el milagro no está completo hasta que Antuco no suelta la carcajada y dice: -?¡Qué cagazo que tienes!… si no llego a tiempo te ibas a hacer bosta allí abajo!». (4). (c) LA GACETA
NOTAS
1) Elisa B. Cohen de Chervonagura; «Néstor A. Grau, in memoriam», LA GACETA Literaria, 6/2/1994.
2) Ensayos y Estudios, Revista de Filosofía y Cultura, Tucumán. Nº 1. 1973, pp. 27-32.
3) Néstor Grau, op. cit., pp. 31-32.
4) Néstor Grau, op. cit., pp. 96-97, subrayados en el texto, negritas añadidas 

Ante el anuncio por parte de Yahvé Dios de la destrucción de Sodoma, como ciudad pecadora, Abraham regatea la salvación de la ciudad en nombre de los santos o justos que habitan en ella «¿vas a borrar al justo junto con el malvado… no perdonarás a aquel lugar por los cincuenta justos que hubiere dentro?… Si encuentro en Sodoma CINCUENTA JUSTOS, dice Yahvé Dios, perdonaré a todo el lugar por amor de aquellos…. Y si se encontraren cuarenta…. treinta… veinte… diez? Tampoco destruiría Sodoma en gracia de los diez»

*Publicacaión original: diario La Gaceta 2004

Vacaciones de julio de 2003. Es un día soleado, con un cielo salteño límpido y refulgente, en el mar de arriba; a nuestros pies, un arenal blanco, el mar de abajo.

Estamos en camino, paseando por los Valles Calchaquíes. Nos dirigimos al «camposanto» de Angastaco; allí, hace treinta años, se encuentra enterrado un profesor de filosofía. En la lápida se lee: «Néstor A. Grau *25 de Mayo 1928 / +23 de Julio 1973 / Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios». No sé si Néstor, tan amante de la filosofía y de sus dioses griegos, hubiese elegido esa frase, pero, si hay Dios, como creo, Néstor Grau, sin duda, lo contemplará admirado y extasiado, con esa mirada profunda y clara que brotaba de un corazón humilde y generoso; un corazón amigable y amistoso. Y lo digo con gratitud, dando testimonio personal de uno de sus alumnos adolescentes, a quien Grau mostró que, liberarse de las cadenas, subir la ardua montaña, salir de la caverna y ver las cosas a plena luz del día, valía y sigue valiendo la pena.

Corrían los tormentosos años sesenta: irrumpían los Beatles, «all you need is love». Los hippies apostaban a las palomas: «make love, not war», «love and peace»… «flower power». Desde la otra orilla, los halcones y los sicarios de siempre cultivaban las flores del mal y de la muerte. La revuelta estudiantil del Mayo del 68 francés voceaba por las calles «la imaginación al poder». La Iglesia Católica vivía el aggiornamento del Concilio Vaticano II; los documentos conciliares y las encíclicas de Juan XXIII y Pablo VI hablaban de la Iglesia «experta en humanidad»; alentando al gozo y a la esperanza; sembrando «Paz en la Tierra»; promoviendo y reclamando «Paz y Justicia»; impulsando el «Progreso de los Pueblos» y poniendo como norte para librar el buen combate a la más bella y comprometedora utopía: la Civilización del Amor.

En contraste con ello, en nuestra patria chica, la dictadura militar encabezada por Onganía iniciaba la «Revolución Argentina», de triste memoria: el vaciamiento universitario tras la «noche de los bastones largos» y el cierre de los ingenios azucareros en Tucumán incubarían el huevo de la serpiente del que, en los setenta, nacería una de las más oscuras y trágicas noches de la historia del país, con más muerte, con más crimen, con más horror: la tortura, los desaparecidos, la «guerra sucia»… años de plomo, sangre e ignominia. Y en medio de tanto ruido y de tanta furia, en el pequeño pago provinciano, unos adolescentes, tan perplejos, confundidos y atemorizados como los que más, aprendíamos lo que vivíamos; y no podía ser de otra manera.

No hay escuela sin enseñanza de la buena vida; sin buenos maestros que la enseñen, consagrando su propia vida a la enseñanza. Esa, decía por ese entonces Pablo VI, es la única clave para el anuncio de la «buena nueva» de todo magisterio: enseñar con la propia vida, porque los hombres de nuestro tiempo (y de todo tiempo, añadamos), escuchan más a los que dan testimonio que a los que enseñan, y si escuchan a los que enseñan, es porque dan testimonio. Néstor Grau era un maestro de esos; en medio del ruido y de la furia, mostraba que el amor a la verdad podía convertirse en proyecto de vida. Su socratismo mostraba, de un modo indeleble, que la vida verdadera y buena es una conquista al alcance de todo hombre que se pone a la escucha de su «daimon», auscultando las «razones del corazón», de las que luego hablaría Pascal, para conjugar ciencia y conciencia, y que nos lleven al buen puerto de una vida feliz.

Decididamente, Grau no encajaba en esos tiempos violentos; su magisterio era, como el de todo maestro, inactual. Iba a contrapelo del prepotente y beligerante vértigo de la historia cotidiana, la efímera y minúscula historia que aparece en los diarios; no la historia real, la historia viva, la historia verdadera, la «intrahistoria» de la que habla Unamuno. Los que entonces pisábamos el umbral de los estudios universitarios nos preguntábamos qué queríamos ser cuando fuésemos «grandes». Entonces, como hoy, eran pocos los jóvenes que tuviesen el coraje para inscribirse en los estudios de filosofía. ¡¿Filosofía?! ¿Para qué sirve? Varias décadas atrás, Juan B. Terán fundó la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT, en un contexto «positivista», reconociendo que el estudio de las humanidades era «inútil, pero imprescindible». Néstor Grau fue para nosotros en esos años, el primer testimonio vivencial de esa verdad. Con él experimentamos «encarnadamente» que el amor al saber, la vida reflexiva y la búsqueda de la verdad por la verdad misma, no son útiles en absoluto, pero son imprescindibles… para ser señores de nosotros mismos.

Del mismo modo, Josef Pieper, otro maestro del filosofar, ha enseñado que no es razonable vivir «filosofando»; la cotidianidad del hombre, con razón y naturalmente, tiene que estar ocupada por cuestiones más pedestres -pedes in terra-, y no extraviarse considerando cosas celestiales -ad sidera visus-.

Ahora bien, hay dos estímulos, dice Pieper, que son capaces de llevarnos a la actitud extraordinaria que reclama el filosofar, y esos dos motivos son el amor y la muerte, Eros y Tánatos, como decían los griegos. Por ello, parafraseando a Platón y a la Biblia, habría que estampar en el frontispicio de todas las escuelas filosóficas: !no entre aquí quien no haya experimentado con toda su mente, con todo su corazón y con toda su alma, el amor y la muerte».

Hace diez años, una compañera de «Introducción a la Filosofía» evocaba los últimos días del magisterio filosófico de Néstor Grau: «Recuerdo la última clase: del sobretodo oscuro salían las manos nudosas con una piel casi transparente, que tanteaban sobre la mesa el apoyo necesario, mientras miraba con ojos extrañamente profundos hacia la puerta vidriada de la entrada. Extremadamente delgado, tenía algo de ángel bañado por la luz blanca de las ventanas. / Ese día, sus ideas habitualmente ordenadas, parecían deshilachadas mientras hablaba de D. (sic), de la muerte, de la utilidad e inutilidad del hacer filosófico. / De repente una palabra empezó a desparramarse desde las últimas butacas, paralizándonos y helándonos el corazón: ?cáncer… cáncer… tiene cáncer… el profesor Grau se está muriendo… Grau se muere?». (1).En 1973, en el umbral de su propia muerte, Néstor Grau da a publicidad un artículo concebido poco antes, titulándolo: La Filosofía y la Certidumbre de la Muerte como Experiencia Metafísica (2). Y en la conclusión de ese trabajo dice: «… La certidumbre de la muerte patentiza la paradoja, lleva la experiencia de la búsqueda hasta sus raíces, por eso es una experiencia metafísica. En ella la filosofía arriba a su legítima meta: a deponer su orgullo racional y en este instante afirmar como el único y legítimo saber: ?Sólo sé que no sé nada?» (3). Es clara y profunda la identificación de Néstor Grau con el destino socrático de toda filosofía auténtica. Veamos ahora, para concluir, en qué consiste ser «un Sócrates de Angastaco». En el siguiente número de la misma revista, que también vio la luz en el curso del año 1973, sale un artículo de Grau titulado Antuco de Angastaco. Tengo para mí que este relato muestra de un modo aún más vívido y entrañable, el cabal socratismo del angastaqueño Néstor Grau.

 ¿Y quién es el mentado «Antuco de Angastaco»? «Le decíamos Antuco a Antonio Baltazar», dispara Grau; es, digamos, el lazarillo, ducho y vivaracho, que, trepando y jugando por esos cerros, inició a Néstor en la sabiduría arraigada en nuestro pueblo. Un día, arrimándose al precipicio, en el juego de rescatar un papelito echado a volar, Néstor sintió miedo de morir, y pidió amparo al cielo: «El milagro es súbito, el cangrejal y el sudor frío desaparecen totalmente y siento como si nunca hubiesen estado. Y aquí me da la impresión de que el tiempo se dilata en un punto de instantaneidad eterna… Y no tengo miedo, nada de miedo… Si tuviera que ubicar una palabra para nombrar ese instante singular, tal vez únicamente podría ser esta: paz. Y una paz que brinda seguridad porque un poder extraño me sostiene… Ella pareciera decirme que no debo temer nada. Que todo ese paisaje que se me ofrece ahora con una especie de resplandor óntico incomparable -vacío, rocas, fondo, rosetas, campos, cielo- y yo mismo dentro de él, que todo está salvado. Y entonces ya no me asombra que unos brazos huesudos, fuertes y flacos como sarmientos de la última poca, me levanten con presteza y me depositen suavemente en la ojiva de ?Cafayate?. / Pero el milagro no está completo hasta que Antuco no suelta la carcajada y dice: -?¡Qué cagazo que tienes!… si no llego a tiempo te ibas a hacer bosta allí abajo!». (4). (c) LA GACETANOTAS

1) Elisa B. Cohen de Chervonagura; «Néstor A. Grau, in memoriam», LA GACETA Literaria, 6/2/1994.

2) Ensayos y Estudios, Revista de Filosofía y Cultura, Tucumán. Nº 1. 1973, pp. 27-32.

3) Néstor Grau, op. cit., pp. 31-32.

4) Néstor Grau, op. cit., pp. 96-97, subrayados en el texto, negritas añadidas 

Lalo Ruiz Pesce

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Así operarán los servicios en la ciudad durante el feriado del 10 de octubre: información útil.

A causa del feriado del viernes 10 de octubre (corresponde al traslado del Día del Respeto a la Diversidad Cultural, cuya fecha original de conmemoración es el 12 de octubre) el municipio no abrirá sus puertas para tareas administrativas y algunas reparticiones atenderán únicamente con guardias.

A continuación, te informamos cómo será el servicio de cada área municipal en la ciudad. Además, les recordamos a los vecinos que podrán hacer los trámites necesarios por medio de la aplicación “Yerba Buena Digital” durante las 24 horas.

Servicios

Centro Dr. Ramón Carrillo: solo guardias.
Administración: sin atención.
Guardia Urbana: normal.
Munibus: con frecuencia de sábados.
Agentes de tránsito: normal
Recolección domiciliaria: normal
Cementerio: de 8 a 19 horas (solo guardias).

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MuniBus: descubrí las líneas nuevas, sus rutas y paradas en toda la ciudad.

Con el objetivo de seguir mejorando la movilidad urbana y brindar un servicio más eficiente a los vecinos, el MuniBus incorporó nuevas unidades y amplió sus recorridos. Desde ahora, el sistema de transporte municipal contará con cuatro líneas activas: Roja, Verde, Azul y Naranja, que recorrerán los principales puntos de la ciudad.

Esta expansión permitirá una mayor frecuencia de circulación y una mejor conexión entre barrios, centros educativos y comerciales, como escuelas, colegios, universidades y zonas de compras.

Además, se incorpora una importante novedad, los usuarios podrán realizar trasbordos entre líneas de distinto color, lo que facilitará los desplazamientos dentro de nuestra ciudad. El cupón de trasbordo será válido por 60 minutos desde la hora indicada en el boleto y permitirá un solo cambio de línea, siempre hacia una de color diferente a la utilizada inicialmente.

Recorridos de las líneas y sus paradas

LÍNEA ROJA

Bvd. 9 de Julio y Reconquista
Reconquista y La Paz
Plaza Vieja (Córdoba y Solano Vera)
Solano Vera y Mendoza
Mendoza y Diag. Juan XXIII
Mendoza (Alta Vista Country)
Mendoza y Camino de Sirga
Camino de Sirga y Ramon Carrillo
Camino de Sirga y Chubut (COL. PUCARA)
Chubut y Rojas Paz (COL. LOS CERROS)
Rojas Paz y Colón
Sarmiento y Francia
Francia y Av. Aconquija
Av. Aconquija y Saavedra Lamas
Saavedra Lamas y Braile
Saavedra Lamas e Higueritas (ESC. ABEJITAS)
Av. Perón y Aragón (UNSTA)
Aragón e Higueritas
Aragón y Braile
Braile y Roca
Perú y Lobo de la Vega
Perú y Salta
Perú y Bascary
Perú y Las Rosas
Perú y Juan B Terán
Hernández y Brasil
Hernández e Higueritas
Líbano y Av. Perón
Av. Perón y Fanzolato (ESC. SALOBREÑA)
Fanzolato y Frías Silva (CAPS S. CLARA)
Frías Silva y Neuquén (SJ)
Camino del Perú (Frente a Chango Más)
Camino del Perú y Esquiu
Camino del Perú y Brasil
Camino del Perú y Salas y Valdez
Alfredo Guzmán y Pringles
Cariola (Entrada Norte al PORTAL)
Júpiter (Entrada Oeste al PORTAL)
Blvd. 9 de Julio y Zavalía
Blvd. 9 de Julio y F. Rossi
Blvd. 9 de Julio y R. Darío
Blvd. 9 de Julio y San Martín

LÍNEA VERDE

Av. Aconquija y Zavalia
Hernández y Antártida Arg.
Hernández y Salas y Valdez
Hernández y Perú
Hernández y Frías Silva
Hernández e Higueritas
Higueritas y Camino del Perú
Camino del Perú y Brasil
Brasil y Psj. Cabildo Oeste
Brasil y Hernández
Brasil y Las Rosas
Brasil y Colombia
Brasil y Lola Mora
Brasil y Bascary
Brasil y Salta
Brasil y Thames (ESC. COMERCIO)
Brasil y Moreno
Roca y Santo Domingo
Higueritas y Maderuelo
Av. Perón y Maderuelo (UNSTA)
Av. Perón y Pje. Lisboa
Saavedra Lamas e Higueritas (ESC. ABEJITAS)
Saavedra Lamas y Braile
Saavedra Lamas y Aconquija (ANTES DE SUBIR AL CORTE)
Av. Aconquija y Los Pinos
Av. Aconquija y Muñoz Alado (ESC. Nº 311)
Av. Aconquija (COMSARIIA EL CORTE)
Av. Aconquija y Muñoz Alado (ESC. 311)
Av. Aconquija y Los Pinos
Av. Aconquija y Rojas Paz (BAJANDO DEL CORTE)
Rojas Paz y Sarmiento
Rojas Paz y Colón
Chubut y Rojas Paz (COLEGIO LOS CERROS)
Chubut y Camino de Sirga (COLEGIO PUCARA)
Camino de Sirga y Ramón Carrillo
Camino de Sirga y Mendoza
Mendoza y Diagonal Juan XXIII
Mendoza y Solano Vera
Solano Vera y San Luis
San Luis y Reconquista
San Luis y San Martín
San Luis y Darwin
Lamadrid y Concordia
Lamadrid y Rubén Darío
Lamadrid y Federico Rossi
Lamadrid y Zavalia
Lamadrid y Universo
Universo y Bvd. 9 de Julio
Júpiter y Sarmiento (PORTAL ACCESO OESTE)
Zavalla y Cariola
Zavalía y Cariola

LÍNEA NARANJA

San Martín y Lamadrid
San Martín y Catamarca
San Martín y San Luis
San Martín y Jujuy
Las Lanzas y San Martin (ESC. MISIONES)
Las Lanzas y Pasaje S/N
Solano Vera y Las Lanzas
Solano Vera y Mendoza
Plaza Vieja (Córdoba y S. Vera]
Solano Vera y Lamadrid
El Mástil
Av. Aconquija y Malvinas
Av. Aconquija y Uruguay
Saavedra Lamas y Aconquija
Saavedra Lamas y Braile
Saavedra Lamas e Higueritas (ESC. ABEJITAS)
Av. Perón y Pje. Lisboa
Av. Perón y Aragón (FRENTE UNSTA)
Av. Perón y Moreno (Gómez Pardo)
Perón Entre Thames y Salta.
Country Praderas
Monteagudo y Decididos (PUENTE)
Decididos de Tucy Calle 4
Alto Verde 1 (Refugio) Ida
Alto Verde 2 y 3 Portería
Alto Verde 1 (Refugio) Vuelta
Nuevo Bº Municipal
Fanzolato y Calle A. Tosco
Caps Santa Clara
Av. Perón y Fanzolato (ESCUELA SALOBREÑA)
Av. Perón y Las Rosas
Av. Perón y Salta
Salta e Higueritas
Salta y Brasil
Salta y Perú
Salta y Salas y Valdez
Güemes y Pringles
Blvd. 9 de Julio y San Martín

LÍNEA AZUL

San Martín y Pringles
Shopping El Solar
Bascary y Los Ceibos
Bascary y Perú
Bascary y Brasil
Bascary y F. Silva
Av. Perón y Bascary
Av. Perón y Las Rosas
Perón y Fanzolato (ESCUELA SALOBRENA)
Caps Santa Clara
Fanzolato y Calle A. Tosco
Nuevo Bº Municipal
Alto Verde 1 (Refugio)
Alto Verde 3 Portería
Alto Verde 1 (Refugio)
Calle 4 y Calle Decididos de Tuc.
Entrada Country Praderas
Open Plaza
Gómez Pardo
UNSTA
Saavedra Lamas e Higueritas (ESC. ABEJITAS)
Saavedra. Lamas y Braile
Saavedra Lamas y Aconquija
Av. Aconquija y Gálvez Cota
Av. Aconquija y Quiroga
El Mástil
Solano Vera y Lamadrid
Plaza Vieja (Solano Vera y Córdoba)
Solano Vera y Mendoza
Solano Vera y Las Lanzas
Las Lanzas y Pasaje S/N
Las Lanzas y San Martín (ESC. MISIONES)
San Martín y Jujuy
San Martín y San Luis
San Martín y Catamarca
Catamarca y Darwin
Darwin y Bvd. 9 de Julio
San Martín y Blvd. 9 de Julio.

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Participa en el conversatorio «Artesanos de la palabra». Consulta los nuevos días y horarios aquí.

La Dirección de Educación invita a participar del conversatorio “Artesanos de la palabra” en los dos centros:

Sede Escuela Municipal Petrona Jiménez Campero de Adami, nivel secundario- acceso por Av. Presidente Perón.
viernes 19 horas.
Sede Punto Digital San José – sábados 11hs. Calle Maipú y Alberdi, San José

El conservatorio tiene como eje interactuar sobre diferentes intereses, participar, reunirse y compartir buenos momentos con los demás, mantenerse activo, hablar, compartir literatura, escritos, lecturas, charlas y sentirse acompañado.

Consiste en la creación de un espacio para la comunidad. Un lugar donde los interesados en participar pueden conectarse entre sí y crear relaciones. También donde se puede promover la diversidad cultural y la inclusión.

Este tipo espacios ofrece un ambiente seguro y acogedor, que fomenta la participación, brinda oportunidades para compartir opiniones y perspectivas, desarrolla habilidades de comunicación efectiva y de expresión, permitiendo mejorar la confianza y la autoestima, fomentando la empatía y la comprensión, es una gran oportunidad de conectarse y compartir.

Un lugar de encuentro …de expresión, de diálogo, de escucha, de palabra…

Son encuentros resultan altamente enriquecedores para:
-Fortalecer la memoria
-Mejorar la creatividad
-Promover la salud mental
-Revalorizar los conocimientos
-Incrementar la autonomía y el autoconcepto
-Desarrollar la confianza

  • Obtener sensación de crecimiento y desarrollo permanente
  • Incrementar las relaciones interpersonales-socializar
    –Liberar las tensiones físicas y psíquicas como el estrés.

    Los interesados podrán consultar en [email protected]. O inscribirse de manera presencial en cada centro.

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El legislador, quien fue separado de La Libertad Avanza,...