El tránsito en Yerba Buena sigue siendo un dolor de cabeza

El tránsito es ─quizás─, junto a la basura, uno de los puntos más criticados de la gestión anterior y uno de los temas que podría convertirse en el «talón de Aquiles» de la actual. Luego de ocho años, desde que se instalaron por primera vez semáforos en Yerba Buena, ningún intendente fue capaz de dar una solución efectiva al problema.
 
Pese a la reactivación de uno de los quince complejos semaforizados de la «Ciudad Jardín», en avenida Aconquija y Moreno, no se perciben grandes proyectos para contrarrestar la gran masa de tráfico vehicular diaria que inunda las calles.
 
Actualmente, el parque automotor de Yerba Buena es de 100.000 vehículos,entre bicicletas, motos, autos, camionetas y camiones. Son 670 los taxis que circulan en regla (No se consideran a los «truchos») y tres las empresas de colectivos que recorren todo el distrito (Línea 100, Línea 102 y Línea 118) con 30 unidades por día, en promedio.
 
Si hablamos de seguridad vial, últimamente la ciudad es escenario de accidentes fin de semana de por medio debido al exceso de velocidad a la salida de boliches y abuso de alcohol. Ni hablar de los reclamos de vecinos por el mal estado de las calles que, muchas veces, termina con daños materiales a los automóviles particulares que deben ser costeados por sus propios dueños.
 
La señalización, otro punto flojo que tiene directa relación con el tránsito, es displicente. Cartelería ubicada en zonas de escasa visibilidad y a distancias que no responden a ninguna normativa nacional o internacional conocida; lomos de burro «invisibles»; indicaciones nulas en intersecciones de alta afluencia o calles donde el conductor desconoce en qué sentido circular o con qué maniobra proceder, son algunas de las situaciones que se repiten en el habitual recorrido de cualquier vecino.
 
Si a todo esto sumamos las largas colas que se generan en la primera cuadra de avenida Aconquija debido a la excesiva espera del semáforo que separa a Yerba Buena de la capital (Se debe aguardar tres luces rojas antes de avanzar sobre el Canal Sur) y los vehículos estacionados a un costado, la reactivación de un semáforo en calle Moreno no parece una respuesta apropiada de parte de las autoridades.
 
Buscamos una voz oficial para hablar de esta problemático y, tras varios intentos, Alejandro Mazolla, director de Tránsito y Transporte, estuvo dispuesto a responder algunas interrogantes.
 
Señalización precaria o inexistente
 
«Ya se está preparando todo lo que es el tema señalización, tanto horizontal como vertical, porque la cartelería prácticamente es nula, casi no existe», admite Mazolla. En Yerba Buena hay calles sin carteles que indiquen nombres, para una ciudad turística ─o que pretende serlo─ es un error imperdonable. El funcionario dice conocer esta situación y afirma que tendrán una pronta solución. También se está tramitando pintura para remarcar cordones y lugares donde se prohíbe estacionar. 
 
Estacionamientos sin control
 
Para el director de Tránsito el problema del estacionamiento en lugares indebidos pasa ─principalmente─ por la pintura. «Hay que comenzar a remarcar bien los lugares, los estacionamientos, que también eso se puede prestar a una confusión por no estar bien pintados o porque ya pasó mucho tiempo», explica. Y por qué no, el problema también se traslada a los automovilistas: «hay gente que sabe que no se tiene que estacionar», recrimina.
 
Mazolla adelanta que se está trabajando para hacer un estacionamiento propio para no copar la avenida y calles internas. «Se está trabajando para hacer un estacionamiento a futuro. Debe ser una de las pocas ciudades que no tiene un estacionamiento ordenado y pago, como corresponde», se reprocha.
 
Lomos de burro «invisibles»
 
Los reductores de velocidad, mejor conocidos como «lomos de burro», más que una solución a la aceleración de los conductores se convirtió en un problema. Su ubicación y el estado de algunas de estas estructuras daña autos y genera maniobras bruscas que podrían desembocar en accidentes viales. Sobre esto, Mazolla adelanta que algunos reductores podrían ser retirados cuando se impleneten los semáforos. «En algunos lugares hay que ver qué calidad tienen, qué tipo de lomo de burro son. En otros ya van a carecer de utilidad porque, una vez que haya semáforo, no van hacer falta. Se está estudiando todo porque ya interviene obras públicas, porque no sólo es un tema de transito y transporte, también está el tema de bacheos donde las calles están bastante deterioradas», explica.
 
Nuevo plan de tránsito
 
Hasta hoy ninguna de las medidas adoptadas por los intendentes para mejorar el tránsito, desde 2007 a esta parte, fue satisfactoria. Es por eso que desde la actual gestión, según revela el propio director de Tránsito, se está estudiando llevar a cabo un relevamiento profundo. «Muchas calles van a empezar a cambiar de sentido o se van a tomar medidas», adelanta. El incremento del parque automotor, los nuevos colegios y la instalación de comercios en la principal avenida han hecho que la fisonomía de Yerba Buena cambie a comparación de años atrás. Ante esto, Mazolla es claro: «Hay calles que se diagramaron con algunos sentidos, hay que comenzar a buscar una vuelta para sincronizar la armonía y se dé el menor impacto posible dentro del tránsito. Entonces se está estudiando que calles van para acá o para allá, en eso se está trabajando», concluye.

El tránsito es ─quizás─, junto a la basura, uno de los puntos más criticados de la gestión anterior y uno de los temas que podría convertirse en el «talón de Aquiles» de la actual. Luego de ocho años, desde que se instalaron por primera vez semáforos en Yerba Buena, ningún intendente fue capaz de dar una solución efectiva al problema.

Pese a la reactivación de uno de los quince complejos semaforizados de la «Ciudad Jardín», en avenida Aconquija y Moreno, no se perciben grandes proyectos para contrarrestar la gran marea de tráfico vehicular diaria que inunda las calles.

Actualmente, el parque automotor de Yerba Buena es de 100.000 vehículos, entre bicicletas, motos, autos, camionetas y camiones. Son 670 los taxis que circulan en regla (Sin considerar a los «truchos») y tres las empresas de colectivos que recorren todo el distrito (Línea 100, Línea 102 y Línea 118) con 30 unidades por día, en promedio.

Si hablamos de seguridad vial, últimamente la ciudad es escenario de accidentes fin de semana de por medio debido al exceso de velocidad a la salida de boliches y abuso de alcohol. Ni hablar de los reclamos de vecinos por el mal estado de las calles que, muchas veces, termina con daños materiales a los automóviles particulares que deben ser costeados por sus propios dueños.

La señalización, otro punto flojo que tiene directa relación con el tránsito, es displicente. Cartelería ubicada en zonas de escasa visibilidad y a distancias que no responden a ninguna normativa nacional o internacional conocida; lomos de burro «invisibles»; indicaciones nulas en intersecciones de alta afluencia o calles donde el conductor desconoce en qué sentido circular o con qué maniobra proceder, son algunas de las situaciones que se repiten en el habitual recorrido de cualquier vecino.

Si a todo esto sumamos las largas colas que se generan en la primera cuadra de avenida Aconquija debido a la excesiva espera del semáforo que separa a Yerba Buena de la capital (Se debe aguardar tres luces rojas antes de avanzar sobre el Canal Sur) y los vehículos estacionados a un costado, la reactivación de un semáforo en calle Moreno no parece una respuesta apropiada de parte de las autoridades.

Buscamos una voz oficial para hablar de esta problemática y, tras varios intentos, Alejandro Mazzola, director de Tránsito y Transporte, estuvo dispuesto a responder algunas interrogantes.

Señalización precaria o inexistente

«Ya se está preparando todo lo que es el tema señalización, tanto horizontal como vertical, porque la cartelería prácticamente es nula, casi no existe», admite Mazolla. En Yerba Buena hay calles sin carteles que indiquen nombres, para una ciudad turística ─o que pretende serlo─ es un error imperdonable. El funcionario dice conocer esta situación y afirma que tendrán una pronta solución. También se está tramitando pintura para remarcar cordones y lugares donde se prohíbe estacionar. 

Estacionamientos sin control

Para el director de Tránsito el problema del estacionamiento en lugares indebidos pasa ─principalmente─ por la pintura. «Hay que comenzar a remarcar bien los lugares, los estacionamientos, que también eso se puede prestar a una confusión por no estar bien pintados o porque ya pasó mucho tiempo», explica. Y por qué no, el problema también se traslada a los automovilistas: «hay gente que sabe que no se tiene que estacionar», recrimina.

Mazolla adelanta que se está trabajando para hacer un estacionamiento propio para no copar la avenida y calles internas. «Se está trabajando para hacer un estacionamiento a futuro. Debe ser una de las pocas ciudades que no tiene un estacionamiento ordenado y pago, como corresponde», se reprocha.

Lomos de burro «invisibles»

Los reductores de velocidad, mejor conocidos como «lomos de burro», más que una solución a la aceleración de los conductores se convirtió en un problema. Su ubicación y el estado de algunas de estas estructuras daña autos y genera maniobras bruscas que podrían desembocar en accidentes viales. Sobre esto, Mazolla adelanta que algunos reductores podrían ser retirados cuando se impleneten los semáforos. «En algunos lugares hay que ver qué calidad tienen, qué tipo de lomo de burro son. En otros ya van a carecer de utilidad porque, una vez que haya semáforo, no van hacer falta. Se está estudiando todo porque ya interviene obras públicas, porque no sólo es un tema de transito y transporte, también está el tema de bacheos donde las calles están bastante deterioradas», explica.

Nuevo plan de tránsito

Hasta hoy ninguna de las medidas adoptadas por los intendentes para mejorar el tránsito, desde 2007 a esta parte, fue satisfactoria. Es por eso que desde la actual gestión, según revela el propio director de Tránsito, se está estudiando llevar a cabo un relevamiento profundo. «Muchas calles van a empezar a cambiar de sentido o se van a tomar medidas», adelanta. El incremento del parque automotor, los nuevos colegios y la instalación de comercios en la principal avenida han hecho que la fisonomía de Yerba Buena cambie a comparación de años atrás. Ante esto, Mazolla es claro: «Hay calles que se diagramaron con algunos sentidos, hay que comenzar a buscar una vuelta para sincronizar la armonía y se dé el menor impacto posible dentro del tránsito. Entonces se está estudiando que calles van para acá o para allá, en eso se está trabajando», concluye.

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