Los miembros del Centro de Tecnología Disruptiva (CTD), parte del polo tecnológico de la Universidad San Pablo-T, idearon un prototipo de drone para trasladar medicamentos a zonas alejadas y un nanosatélite para control de cultivos.
El satélite, llamado “Samba-1”, ya presenta un avance del 70%. Por su parte, ya construyeron el primer prototipo de drone para carga de emergencia: “Estamos diseñando un elemento que cualquiera pueda manipular, sin necesidad de tener conocimientos específicos de su manejo”, asegura Leonardo Seguí, investigador del CTD.
“La idea es que tenga un vuelo autónomo y sirva para transportar medicinas, transfusiones sanguíneas o suero antiofídico a zonas lejanas, a las que sea difícil acceder”, explica.
El Centro de Tecnología Disruptiva nace de un acuerdo entre la Universidad de San Pablo-T y la empresa Tucumán BBS. La idea es, justamente, unir innovación tecnológica con aplicaciones en la industria.
“Una vez que probamos los prototipos, los patentamos e intentamos introducir los productos en empresas para poder afectar a más personas y producir cambios significativos, dar soluciones a problemas que antes no las tenían”, explicó Seguí.
En una entrevista con La Gaceta, Augusto Parra, director del CTD, aseguró: “En Tucumán hay mucha investigación y de muy buena calidad, pero en la concreción la realidad es otra, ya que hay muy poca aplicación”. Como ejemplo a seguir mencionó a la leche biótica, producto de investigaciones locales que se comercializa a gran escala y con buenos resultados.
Desde su surgimiento a fines de 2015 han trabajado en nanosatélites para el control de cultivos, instrumentos biomédicos y una camiseta con sensores que controla el estado de salud de los deportistas.