Un día después de que el eucalipto lo aplastara dentro de su Trafic, Martín Cancino cumplió 22 años de casado con Susana. Juntos tuvieron cinco hijos y su mujer hoy lo cuida con cariño: “Está con dolores. Los golpes siguen apareciendo, no descansa tranquilo”.
Susana le cura las heridas. Martín estuvo internado en el hospital Padilla unos días y ahora reposa en su casa, en La Rinconada, Yerba Buena. Tiene una herida de 18 puntos en la cabeza, otra que llega hasta la cara y la clavícula fracturada. Susana pide que recen por él “y por los papás de Lauchita”, Gustavo Guerrero, el niño que murió dentro del vehículo.
Su historia de amor es una historia de barrio. Vivián cerquita, a la vuelta de la plaza Vieja, en Yerba Buena y ambos estudiaban en el Instituto Marchetti. Ella es maestra Jardinera, a él le quedan rendir unas materias para recibirse de profesor de Matemáticas.
Juntos tuvieron cinco hijos. Hoy la mayor, Camila, tiene 20 años; Milagros, 16; Irina la niña de 5. Máximo aprendió a caminar hace unos meses y a Ignacio de 19 años, enrolado en la Marina le permitieron viajar a su casa, por la repercusión nacional que tuvo la noticia del accidente.
La familia empezó a crecer y Martín y Susana decidieron juntos armar un emprendimiento: En 2004 pusieron en marcha su transporte escolar. Martín manejaba y Susana se encargaba de hacer subir a los chicos a la combi, de entregar los mensajes que los maestros le mandaban a los papás, de cuidar a los niños. El recorrido que realizaban se caracterizó por llevar a los chicos de La Rinconada, el barrio San Eduardo, el barrio Apunt, el barrio Juramento, aquellas zonas distantes de la ciudad, hasta la escuela Thames, Reconquista, Abejitas o colegios Salvador o Lincoln.
Cuando cayó el árbol, Martín perdió la salud y también su fuente de trabajo. Por esos sus compañeros transportistas consiguieron un vehículo y un chofer para que no pierdan el trabajo y ese recorrido no se detenga. Tamibén organizaron una rifa para quienes quieran colaborar.
“Tenemos que seguir cumpliendo con todos los niños que llevábamos. Y cambiar un chico a otro transporte es complicado, porque se tienen que acostumbrar. Esta ayuda nos permite seguir. Estamos muy agradecidos de todo el apoyo que nos dan para poder continuar. Tanto de nuestros amigos como de la comunidad. Mucha gente compró la rifa y se acercó. Esto nos fortalece, pero seguimos pidiendo los otros niños y en especial por los papás de Lauchita”, dijo Susana.
La rifa:
Precio: $50
Premio: 5 kilos de asado, una botella de fernet, una de gaseosa y otra de vino.
Sorteo: sábado 19, por la tómbola noctura.
Venta: Todos los transportistas escolares de Yerba Buena venden los números.
Contacto telefónico para la compra de la rifa: Eduardo Babich, teléfono 381-4632529.