Este martes por la mañana prestó declaración ante la Justicia la mujer de 22 años detenida por la muerte de Franco Santucho (30), de una cuchillada en el pecho, ocurrida el pasado sábado en una casa de Marín Fierro al 500, en la zona sur de Yerba Buena. Se llama Florencia Zelarayán y, mientras avance la investigación, permanecerá con prisión preventiva por tres meses por decisión del juzgado que entiende su causa. Medida tomada para evitar el entorpecimiento de la causa y a pesar de que la imputada está a cargo de su hija menor de edad y de que cursa un embarazo de 11 semanas.
Esto último es debido a que desde la Fiscalía aseguran que la imputada influenció a sus amigos que estuvieron junto a ella y su pareja festejando e ingiriendo bebidas alcohólicas durante la madrugada del sábado, y también a vecinos que se acercaron a ver qué había sucedido cuando escucharon el escándalo una vez ocurrida la muerte. Es que Zelarayán asegura que se trató de un suicidio y que, contrario a la versión de la parte acusadora, ella no tuvo intenciones de matar a Santucho. Y así lo declaró.
La versión de la sospechosa
Florencia Zelarayán accedió a contar con la asistencia del defensor oficial Hernán Molina para su defensa. Y este martes decidió contarle su versión de los hechos al juez Matías Graña.
La madrugada en que ocurrió la muerte de Franco Santucho se encontraban en el domicilio él, Zelarayán y una pareja amiga: Eduardo Muro y Silvana Santucho. Esta última, a pesar del alcance de apellido, no tiene parentesco con la vístima fatal.
“Trabajamos como vendedores ambulantes”, arrancó contando la acusada, para luego explicar el motivo de su pelea con Santucho, que fue la que desembocó en la muerte del joven de 30 años. “Esa noche tomamos vino y a la mañana peleamos porque él no quería que fuéramos a trabajar ese día”, indicó. A continuación, dio acabado detalle acerca del hecho de sangre, el momento preciso y cómo se habría apagado la vida de Santucho. “Sí, hubo un par de empujones, pero él tomó un cuchillo y se apuñaló. No tuve nada que ver con eso”, aseguró.
Para reforzar la versión del suicidio, Zelarayán recordó ante el juez un episodio previo en que asegura que su pareja se había autolesionado con un puñal en el brazo y que ese último sábado la amenazó con cumplir su supuesto cometido: “¿Qué pensás que no me voy a matar? ¡mirá!”, afirma Zelarayán fueron las últimas palabras de Santucho.
A pesar del lujo de detalles brindados durante su declaración, la imputada no supo explicar quién retiró el cuchillo del pecho de la víctima. “La verdad, no me acuerdo, no vi si se lo sacó él o si Silvana lo hizo. Lo que sé es que ella lo sujetó apenas se hirió”, aseguró.
La versión de los vecinos
El relato de los hechos ofrecido por Zelarayán al juez Graña confronta con las declaraciones de los vecinos, que escucharon la discusión admitida por la imputada y los gritos luego de la muerte del joven.
La auxiliar de fiscal de la Unidad Fiscal de Homicidios II, Luz Becerra, que fue una de las primeras en apersonarse y recopilar pruebas para la confección de la causa, señala que hubo vecinos que oyeron a Zelarayán lamentarse y decir “¡esto es mi culpa!”, también que otra mujer le reclamaba: “lo has matado, boluda… si era un excelente vago” y “se te cumplió el sueño: ¡está muerto!”.
Según la versión lograda por la funcionaria judicial, hubo una instancia en la que inclusive se podría haber evitado la muerte y que fue obstaculizada por la propia Zelarayán. “Florencia decía que ella lo había matado, pero también que ella no lo había apuñalado… No se tomaban en serio lo que había pasado, no querían llamar a la Policía”, señaló otro testigo. La pareja de ese hombre aseguró que al oír la discusión tocó la puerta de sus vecinos y que Zelarayán la corrió con un empujón y una advertencia: “¡no te metás!”.
Por estas contradicciones es que desde el juzgado se decidió someter a investigación a los dos amigos de Zelarayán que compartieron la velada esa noche de viernes hasta la madrugada del sábado. Consideran que la hipótesis del suicidio es, por ahora, inverosímil. Hasta que el juez determine lo contrario, participarán del proceso en calidad de testigos.