El abogado Carlos Garmendia realizó una denuncia penal en función de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación el lunes por la tarde. Según la acusación, 20 presos fueron sometidos a golpizas con tonfas a la madrugada del 16 de enero.
La denuncia sostiene que los presos habrían sido sacados del calabozo en el cual dormían para ser arrojados desnudos al patio, obligándolos a apilarse unos sobre otros, y golpeándolos con cachiporras por la espalda.
Según precisa ‘El Tucumano’, en la denuncia se declara que las golpizas habrían sido realizadas por policías de Infantería, de la patrulla motorizada y de la Comisaría de Yerba Buena. Incluso, se denuncia un abuso sexual a uno de los detenidos.
El abogado José Ginés Araez, del Movimiento de Trabajadores Excluidos, precisó: “Presenté un habeas de carácter colectivo, pero por la gravedad del caso, y por ser un caso penal, ya se encuentra superado. Desde el MTE consideramos que en estas cosas hay que fomentar la palabra de los excluidos y los liberados”.
“Gracias a Fernando Korstanje tomamos conocimiento de esto, y lo que queremos es una investigación eficiente, ya que hay una gran diversidad de víctimas y con lesiones constatadas”, ha asegurado en declaraciones a ‘El Tucumano’.
En este sentido, José Ginés Araez explicó: “Nosotros creemos que los humildes y vulnerables tienen todo el derecho a preservar su integridad personal, y creemos que este puede ser un caso testigo de acceso a la Justicia. En mi caso, me entrevisté personalmente con una sola víctima de las 20, quien decidió presentar una querella confirmando lo relatado por el señor Korstanje”.
“Entendemos que lo lógico es que haya una sanción a los responsables una vez identificados, y para eso esperamos una buena investigación que sea eficiente y rápida”, insistió. Asimismo, Araez consideró que separar a los 20 presos en distintos puntos de detención significa un problema: “Esto altera los vínculos familiares, es tremendamente dañino para los presos que los manden a lugares lejanos y que la familia no pueda ir a verlos”.
A su turno, Ramón Castillo, referente a nivel provincial de la rama de liberados, liberadas y familiares del Movimiento de Trabajadores Excluidos de Tucumán, consideró: “Creemos y estamos convencidos que con torturas y este tipo de cosas solo se logra el resentimiento del preso”.
“Te genera un odio hacia el afuera, un gran resentimiento, estás marginado, querés salir a trabajar y no tenés oportunidades, menos si tenés antecedentes y menos si te persigue la Policía. No se ve futuro al salir, por eso muchos se terminan suicidando al salir, porque no le encuentran sentido a su vida”, sostuvo.
Por eso, Ramón Castillo apuntó: “Nosotros queremos y apostamos a la reinserción. A nivel nacional, somos más de 1000 compañeros que no volvimos más a la cárcel, estamos organizados, queremos trabajo”.