Ni siquiera su denominación ha logrado modernizarse: continúa siendo un simple camino, a pesar de contar con la categoría de ruta provincial (315) y de funcionar, en su tramo urbano, como una avenida.
Hoy en día, el término «camino» suele asociarse a vías secundarias y generalmente sin asfalto, pero el Camino del Perú tiene un origen monárquico ancestral. Durante el imperio incaico y posteriormente en la época de la conquista y la colonia, se lo conocía como Camino Real y unía los océanos Pacífico y Atlántico a lo largo de 5.000 kilómetros, específicamente entre la capital de los Incas, Cusco, y el Río de la Plata.
En 1609, el tráfico comercial con el Perú modificó su antigua traza por el recorrido actual, al norte del río Salí. A finales del siglo XVI adoptó el nombre de Camino de las Juntas y más tarde se lo denominó Camino del Perú. Por esta vía transitaron los generales Gregorio Aráoz de Lamadrid, Manuel Belgrano y José de San Martín, entre otras figuras ilustres.
“La ruta provincial 315 posee la particularidad de estar integrada a diversos centros urbanos. Nace en la intersección con la ruta nacional 9, al norte, para ingresar a Tafí Viejo con el nombre de avenida Constitución, luego se transforma en Marco Avellaneda y avenida Julio Roca. A partir de allí es reconocida históricamente como ‘El Camino del Perú’, atravesando Cebil Redondo (Villa Carmela). Sirve como límite entre San Miguel de Tucumán y Yerba Buena. Adoptando la denominación de avenida Alfredo Guzmán, prosigue hacia el sur, para convertirse en la avenida Circunvalación Oeste, junto al canal” detalla el sitio especializado en rutas tucumanas.
Comienzo del desorden
Hasta las décadas del 70 y 80 la circulación por la 315 era relativamente fluida, pero a partir de los 90 se desató el boom inmobiliario, con el crecimiento de Cebil Redondo, Villa Carmela, San José y los municipios de Capital, Yerba Buena y Tafí Viejo, incluyendo el mega barrio Lomas de Tafí. Surgieron decenas de barrios y countries nuevos, y las obras de infraestructura no acompañaron el desarrollo de esa zona noroeste del Área Metropolitana de Tucumán (AMET).
El tránsito no tardó en saturarse y la ruta quedó notablemente estrecha, especialmente en los siete kilómetros que van desde el cruce con las avenidas Perón/Belgrano, hasta Tafí Viejo, donde realiza un giro de 90° y pasa a llamarse avenida Roca, aunque sigue siendo la ruta 315.
En ese intenso flujo vehicular, que se calcula en unos 2.000 vehículos por hora en horas pico, se combinan camiones de las citrícolas, cinco líneas de colectivos, autos y motos particulares y de alquiler, bicicletas, peatones y carros tirados por caballos. Cruzar a pie esa avenida caótica representa un riesgo, especialmente para los niños en las zonas donde funcionan establecimientos educativos.
El estado del pavimento y de las banquinas, donde existen, en algunos tramos es deplorable, no solo por el intenso tránsito sino también por las numerosas pérdidas cloacales y de agua, que rápidamente deterioran cualquier reparación reciente. Este problema, común a todo el AMET, es también consecuencia de otras obras de infraestructura que no se ejecutaron, además de las meramente viales o de iluminación.
Dos Caminos del Perú
Poca gente sabe que existen dos Caminos del Perú, ya que, yendo de sur a norte, 300 metros antes de llegar a la llamada Curva de los Vega (ex cerámica La Cartujana, hoy cerámica Marcos Paz), la ruta se divide y con el mismo nombre ingresa al barrio Congreso y continúa hasta Lomas de Tafí. El otro ramal tradicional gira en Los Vega hacia la izquierda con dirección a Tafí Viejo. Incluso, hace algunos años se llegó a planear un tercer Camino del Perú, en paralelo a la 315 y para uso exclusivamente vecinal, pero nunca se materializó.
Esto contribuye a la confusión jurisdiccional, porque muchas personas desconocen si residen en Cebil Redondo, Villa Carmela, Yerba Buena o Tafí Viejo. Esto se evidencia en cada elección, donde algunos habitantes de Villa Carmela votan en Yerba Buena, otros en Capital y otros en Tafí Viejo, y lo mismo sucede con las boletas de servicios o las encomiendas, dado que algunos hogares pertenecen a dos o más distritos.
Desde hace cuatro décadas
El Camino del Perú depende de la Dirección Provincial de Vialidad, repartición que desde los 90 ha presentado diversos proyectos para ampliar a cuatro carriles esa ruta/avenida/camino, con platabanda y al menos dos rotondas incluidas, además de repavimentarla completamente, iluminarla, fomentar la construcción de veredas que casi no existen, crear ciclovías para separar las bicicletas de los vehículos y solucionar, junto con la Dirección Provincial del Agua y la SAT, los numerosos derrames.
En 2016, los intendentes de Yerba Buena y de Tafí Viejo, Mariano Campero y Javier Noguera, respectivamente, presentaron un proyecto que buscaba transformar el Camino del Perú en una autovía (similar a la Diagonal).
En 2021 Vialidad anunció que finalmente ampliaría esa traza, pero la iniciativa quedó archivada en un escritorio. El Gobierno reiteró su intención en 2023, aunque posteriormente se argumentó que no existía presupuesto para ejecutar esa obra.
Mientras tanto, las urbanizaciones continúan expandiéndose y hacen cada vez menos factible la ampliación del Camino del Perú, y mucho más costosa en caso de expropiaciones. A su vez, la zona oeste del AMET está cada vez más congestionada y mal comunicada, según advierten los mismos funcionarios.






