Miércoles 29 de Octubre de 2025, 16:47

Avenida Perón
Yerba Buena se posiciona como el núcleo urbano con el incremento poblacional más significativo de Tucumán y a nivel nacional. En los últimos diez años, la localidad registró un aumento del 36% en sus residentes, alcanzando actualmente los 102.700 habitantes, de acuerdo con los datos del Censo Nacional 2022 realizado por el Indec. Esta cifra contrasta marcadamente con el crecimiento de apenas un 5% que tuvo la Capital tucumana, que hoy cuenta con 590.300 habitantes, evidenciando una transformación profunda en la dinámica del área metropolitana.
La ciudad, que en el pasado era considerada principalmente una zona residencial para quienes trabajaban en San Miguel de Tucumán, ha evolucionado hasta convertirse en un centro urbano con una identidad distintiva: ahora concentra servicios, instituciones educativas, una variada oferta gastronómica, espacios de entretenimiento y un intenso movimiento comercial. “Yerba Buena ya no puede ser vista como un suburbio; en la actualidad es un foco de desarrollo”, sintetiza el arquitecto Gerardo Isas, especialista en planificación urbana.
La expansión del conglomerado tucumano se dirige de manera marcada hacia la zona oeste. El progresivo avance de urbanizaciones, countries, barrios privados y construcciones en altura continúa sin pausa, particularmente a lo largo del eje de la avenida Presidente Perón, donde se registra el mayor dinamismo demográfico y económico de los últimos tiempos.
Esta importante arteria vial, que en sus inicios fue concebida como un paseo residencial, se ha transformado en un corredor comercial y gastronómico de primer nivel, con presencia de marcas nacionales, cafeterías, espacios de coworking, clínicas privadas, gimnasios y oficinas. Desde el año 2020 a la fecha, se han habilitado más de 120 nuevos emprendimientos comerciales, sumados a centros empresariales y desarrollos residenciales que están redefiniendo completamente la fisonomía de la zona.
“En la avenida Perón se observa un fenómeno de ciudad en miniatura: las personas residen, desarrollan sus actividades laborales y disfrutan de su tiempo libre en un mismo radio de acción. Se trata de un núcleo de vida urbana contemporánea”, explican desde la comuna.
El atractivo que genera Yerba Buena también se manifiesta en las inversiones del sector privado. En el transcurso de los últimos tres años se presentaron más de 70 proyectos de construcción, que incluyen edificios de viviendas, complejos de departamentos, locales comerciales y desarrollos de uso mixto.
Entre los emprendimientos más relevantes se encuentran los nuevos conjuntos habitacionales en la zona norte, los condominios en altura sobre las avenidas Perón y Solano Vera, y la expansión sostenida en los alrededores de Marcos Paz, San José y Aconquija, donde aún existen terrenos de uso agrícola que se encuentran en proceso de urbanización.
Las empresas constructoras locales y nacionales han encontrado en Yerba Buena un mercado sólido: el valor del metro cuadrado supera los US$ 1.600 en los proyectos de categoría premium, y las unidades en preventa se comercializan con gran rapidez. “Las inversiones experimentaron un notable incremento después de la pandemia, cuando numerosos tucumanos optaron por trasladar su residencia hacia las cercanías del cerro. Desde ese momento, el ritmo de las obras no se ha detenido”, destacan desde el Colegio de Arquitectos.
Una ciudad en constante movimiento
El dinamismo que caracteriza a esta ciudad también es evidente en lo que respecta a la movilidad. Diariamente, circulan por las calles de Yerba Buena aproximadamente 7.000 bicicletas, 47.000 motocicletas y más de 130.000 automóviles y camionetas.
Entre 22.000 y 32.000 peatones transitan a diario por la ciudad, atraídos por su actividad comercial, educativa y su creciente perfil turístico.
La expansión del oeste tucumano mantiene su ritmo. Lules incrementó su población en un 30%, impulsado por el desarrollo de San Pablo y los countries de El Manantial, mientras que Tafí Viejo lo hizo en un 39% (aunque una parte importante de este crecimiento se registró fuera del ejido urbano municipal). Tafí del Valle, por su parte, experimentó una expansión del 34,5%, motivada por el auge de la construcción en los alrededores del dique La Angostura.
Sin embargo, este crecimiento acelerado plantea importantes desafíos: infraestructura, tránsito vehicular, provisión de servicios, suministro de agua y una adecuada planificación territorial. “El principal reto que enfrenta Yerba Buena es evitar reproducir el desorden urbano que ya afecta a otras ciudades. Su crecimiento debe ser sostenible y equilibrado”, advierte el especialista Isas.
Mientras la Capital tucumana mantiene su tamaño y densidad poblacional, Yerba Buena se consolida como el símbolo de una nueva etapa para la provincia: más joven, más dinámica y con el cerro como horizonte natural de su expansión.
