La Universidad Nacional de Tucumán (UNT) oficializó, a través de la Resolución Nº 11995/2025, el establecimiento del parque universitario Dr. Julio Faustino Segundo Prebisch, una nueva área de 22 hectáreas que servirá como centro de enseñanza, extensión universitaria y sensibilización ecológica. El proyecto, promovido por el rector Sergio Pagani, tiene como objetivo vincular la labor académica con las problemáticas ambientales y sociales actuales.
El terreno forma parte del patrimonio de la universidad desde 1971, cuando fue expropiado por el Estado Nacional con el fin exclusivo de destinarlo a la educación superior pública y gratuita. Si bien una porción significativa está ocupada por la Facultad de Agronomía, Zootecnia y Veterinaria, el sector que albergará el parque (ubicado al otro lado del Camino de Sirga) ya se utilizaba esporádicamente con fines educativos. Esta resolución le otorga un marco formal y revaloriza ese uso.
La denominación del espacio no es arbitraria. El parque homenajea a Julio F. S. Prebisch, quien se desempeñó como rector de la UNT en dos oportunidades y es reconocido por su adhesión a los postulados de la Reforma Universitaria de 1918. De acuerdo con lo establecido en la resolución, la concreción de este parque puede interpretarse también como un acto reformista y de cambio, en esta ocasión asociado al compromiso con el medio ambiente, desde una perspectiva que considera a las generaciones futuras.
Un espacio diseñado con fines pedagógicos y ecológicos
El desarrollo del parque estuvo a cargo del arquitecto Oscar Chelela, quien detalló que el lugar fue pensado como una expansión educativa de la Universidad hacia la sociedad. El diseño general se basa en los principios de la jardinería clásica, representando el orden, la lógica y la racionalidad, valores inherentes a la comunidad académica.
El parque ya posee senderos principales y accesos dobles. Actualmente se están ejecutando las caminerías secundarias y se construye la “Plaza del Claustro”, un núcleo emblemático donde se ubicará una fuente de agua en movimiento y cuatro columnas que simbolizarán los fundamentos universitarios: docencia, investigación, extensión y gestión.
Chelela resaltó que el parque estará disponible para todas las facultades, permitiendo la concreción de iniciativas artísticas, científicas, formativas y de esparcimiento. Ya se están realizando investigaciones sobre avifauna, dirigidas por el Instituto Miguel Lillo, y se planean áreas educativas para niños que traten sobre la fauna y flora autóctonas.
Conciencia ambiental para la comunidad
El parque se organizará en dos sectores: un bosque nativo hacia el oeste y una zona con especies introducidas hacia el este, lo que facilitará el desarrollo de monitoreos ambientales, trabajos de investigación y prácticas docentes. Ya se han plantado más de 1.100 árboles, 900 de los cuales son nativos. En una actividad organizada por la UNT, la Municipalidad de Yerba Buena y vecinos, se incorporaron 500 ejemplares más, fortaleciendo el vínculo de la comunidad con el espacio.
Según Manuel Pachado, responsable del Parque Sierra San Javier, el nuevo parque operará como un aula a cielo abierto. Subrayó que los guardaparques cumplirán una función clave en la transmisión de valores ambientales a las nuevas generaciones, generando un impacto favorable en el ámbito social y ecológico.
La UNT planea continuar con el desarrollo del parque mediante el aporte de equipos interdisciplinarios, afianzando de este modo un ámbito donde la educación, la ciencia y la conciencia ecológica coexisten como parte de una herencia reformista adaptada al siglo XXI.