Con el libreto muy bien estudiado, los candidatos presentes en el debate se centraron en enviar mensajes de sus espacios políticos y trataron de diferenciarse de quiénes creen que serán sus rivales directos.
Inicialmente Pablo Macchiarola (Juntos por un Cambio) reveló quién era el principal rival de su espacio: Marcelo Albaca (Frente de Todos). Lanzó una acusación directa tildando de kirchnerista a su oponenete en las urnas, al mismo tiempo que criticó a la fórmula justicialista Osvaldo Jaldo–Juan Manzur. Trató de «pegarle» al candidato peronista sin andarse con rodeos.
Albaca se centró en expresar una propuesta de gobierno y calificó al candidato oficialista como un «chicanero». Los candidatos a la jefatura de la ciudad también compartieron sus impresiones. Miriam Sacur (Frente de Izquierda Unidad) se centró más en la administración de la ciudad, exponiendo a las personas a las que apunta el discurso de izquierda. En ese contexto, alude a la necesidad de reuniones vecinales donde los vecinos discutan temas cotidianos. Tampoco podía faltar el ataque al Fondo Monetario Internacional (FMI) y a la derecha. “Es hora de votar a la izquierda y de la igualdad social”, sentenció, dijo.
Guadalupe Anfuso (Libres del Sur) se centró en lo que ella ve como deficiencias en la administración de la ciudad, como la urbanización en términos de regulación de vehículos y la falta de espacio para que las personas viajen cómodamente. Además, resolver problemas sociales fue un aspecto importante que desarrolló.
Gonzalo Cisneros (Fuerza Republicana) redobló sus críticas tanto a los municipios como a la provincia, subrayando el objetivo de Bussimo de convertirse en una fuerza contra los dos oficialistas en estas elecciones. En ese contexto, cuestionó la falta de política social de Mariano Campero para los servicios vitales y el mantenimiento de canales por parte de la provincia. Y utilizó las preocupaciones en seguridad para promover la propuesta marca registrada del FR; sí a las armas, las eléctricas, para atacar a los delincuentes.
Desde que comenzó el debate, cada candidato al liderazgo de la «Ciudad Jardín» ha desarrollado discursivamente una campaña de transición que conduce al día de las elecciones, cuales son sus pensamientos y quiénes son sus oponentes directos en las encuestas.