“Lo vi en mi cantero”: detectan en Yerba Buena un nuevo insecto letal

Por primera vez en Tucumán fueron detectadas larvas Perreya Flavipes, más conocidas como “Gusano Negro”. Se trata de un insecto volador similar a una avispa que, en su etapa inicial, resulta extremadamente tóxico para animales bovinos y ovinos.
Al ser su hábitat natural las zonas de vastos pastizales, vacas, cerdos y ovejas suelen ingerirlos de manera accidental. Al hacerlo, la muerte les llega en no más de tres días. No hay cura ni tratamiento posible.
Es por esta razón que desde la Fundación Miguel Lillo, a través de la Secretaría de Estado de Innovación del Gobierno de Tucumán, han emitido una alerta para advertir especialmente a los productores ganaderos e incentivar a la sociedad en general a permanecer en guardia ante posibles avistamientos. Se solicita llamar urgente al instituto al hacer contacto para frenar el avance del insecto.
Las larvas del bicho volador fueron vistas por primera vez en Villa Nougues, Lules y en la zona de Horco Molle, aquí en Yerba Buena. Poseen un particular modo de trasladarse. Lo hacen en grupos, una arriba de la otra, avanzando mancomunadamente en grupos de entre 100 y 200 especímenes. Sorprende e impacta a quienes las ven.


El diario eltucumano fue el primero en difundir el alerta emitido por la Fundación Lillo. En una de las publicaciones realizadas en redes sociales se pueden leer una serie de comentarios, entre los que destaca el escrito por una vecina de Yerba Buena. “Yo lo vi en mi cantero”, aseguró y se comprometió a dar aviso la próxima vez que haga contacto.
Se ruega a quienes detecten la presencia de estas larvas alertar mediante las siguientes vías de comunicación:
– correo electrónico: [email protected]
– whatsapp: 3813-011061

El efecto que causa en animales bovinos y ovinos

“Los animales afectados presentan severa depresión o signos nerviosos (agresividad, temblores, babeo e incoordinación) y mueren generalmente en uno a tres días. En la autopsia, la lesión más característica es en el hígado, que presenta un aspecto moteado, observado principalmente en la superficie de corte. La única solución es el diagnóstico inmediato de la enfermedad y el cambio de los animales para un potrero con menos larvas, que generalmente son los que tienen menor disponibilidad de forraje”, explica un estudio de Producción Animal.
Según información de la Fundación Miguel Lillo, el insecto era hasta ahora desconocido en Tucumán. Se lo conocía en el Este de Argentina, Brasil y Uruguay. En este último país, donde fue detectado por primera vez en 1994, la presencia de la larva mató a 42 bovinos de un total de 185 en 2017. Su aparición se da mayormente entre los meses de mayo y septiembre.

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