Hace casi dos años y medio que los médicos tucumanos, y de toda la Argentina, trabajan sin descanso para luchar contra la pandemia de COVID-19. La campaña de vacunación, que inició en diciembre de 2020, sumó aún más tareas a los ya agotados profesionales de la salud que, en muchos casos, debieron postergar sus vacaciones y poner sus responsabilidades laborales por encima de las personales y familiares. De lunes a viernes, fines de semana, feriados. Sin importar el día, en el peor momento sanitario, enfermeros, doctores, testeadores y vacunadores se mantuvieron firmes y al pie del cañón.
Ayer miércoles, feriado por el 212° Aniversario de la Revolución de Mayo, una vecina asistió cerca del mediodía al nodo de vacunación de avenida Fanzolato y algo no le gustó. Decidió hacer público su descontento en el popular grupo Vecinos de Yerba Buena.
“Más de dos horas de cola bajo el sol en la Fanzolato para vacunarnos. Y seguimos. Hay tres boxes, varios empleados con ambo celeste, que no los veo vacunar, y una sola enfermera vacuna… un desorden. Total falta de interés”, escribió la vecina, cuya identidad preferimos proteger.
Su queja contra los profesionales de la salud, que pese al feriado no pararon de vacunar, tuvo varias respuestas. Algunas a favor y otras en contra.
“Menos mal que no fui”, escribe Sandra. “Yo fui a la mañana y ningún problema”, describe Miguel. En el mismo sentido comenta Nati: “Yo fui hoy temprano y súper rápido. En 30 minutos estábamos liberados”.
La publicación abre un debate sobre el funcionamiento de los nodos de vacunación y el enorme esfuerzo de los profesionales de la salud, que contrasta con algunas actitudes y reacciones de la gente que asiste a inmunizarse. ¿Vos qué opinás de la actitud de la vecina?