Según el gobierno municipal, al comienzo de la gestión un alto porcentaje de arboles necesitaban ser intervenidos ya que se encontraban en estado de abandono. Cuatro años después, el municipio llevo a cabo cuatro mil podas de distintos tipos.
El Director de Medio Ambiente de Yerba Buena Claudio Graña dijo: “El promedio de intervenciones por año es de alrededor de mil. En general se hacen podas de formación para evitar inconvenientes diarios. Realizamos despejes de luminarias y cableados y también podas de árboles añosos que representan un gran peligro”. Agrego también que: “Durante estos años hemos perfeccionado las técnicas gracias a la capacitación de los trabajadores, lo que nos permitió tener un buen ritmo de trabajo”.
Por último, hizo hincapié en el desarrollo del proceso de chipeo con el cual se le da un tratamiento al residuo verde generado durante las podas: “Cuando comenzamos a intervenir más árboles empezamos a tener problemas con el residuo verde. Ahí incorporamos dos máquinas chipeadoras, que nos permitieron reducir el verde en el lugar y bajar la cantidad de camiones para la recolección. Con ese chip iniciamos un proceso de compostaje que culminó con cunas con lombrices californianas, donde el producto final es un fertilizante líquido y sólido. En el mismo proceso de compostaje tenemos sustrato para la germinación de semillas”, concluyo Graña.
El Director de Medio Ambiente de Yerba Buena Claudio Graña dijo: “El promedio de intervenciones por año es de alrededor de mil. En general se hacen podas de formación para evitar inconvenientes diarios. Realizamos despejes de luminarias y cableados y también podas de árboles añosos que representan un gran peligro”. Agrego también que: “Durante estos años hemos perfeccionado las técnicas gracias a la capacitación de los trabajadores, lo que nos permitió tener un buen ritmo de trabajo”.
Por último, hizo hincapié en el desarrollo del proceso de chipeo con el cual se le da un tratamiento al residuo verde generado durante las podas: “Cuando comenzamos a intervenir más árboles empezamos a tener problemas con el residuo verde. Ahí incorporamos dos máquinas chipeadoras, que nos permitieron reducir el verde en el lugar y bajar la cantidad de camiones para la recolección. Con ese chip iniciamos un proceso de compostaje que culminó con cunas con lombrices californianas, donde el producto final es un fertilizante líquido y sólido. En el mismo proceso de compostaje tenemos sustrato para la germinación de semillas”, concluyo Graña.