Huertas agroecológicas: Cada vez más personas cultivan sus propios alimentos
Un grupo de profesionales ofrecen talleres de huertas urbanas en Yerba Buena. Además trabaja con reciclado enseñan a hacer abono y productos plaguicidas ecológicos.
“Actualmente no se puede consumir nada que no tenga agroquímicos” dice Laura Madariaga, la Ingeniera Agrónoma que hace dos meses y medio comenzó un proyecto para enseñar a realizar huertas urbanas agroecológicas. La repercusión que ha tenido en este tiempo en los tucumanos es muy grande.
Las verduras que consumimos no tienen el mismo sabor que hace algunos años y esto se debe a la forma de producción de alimentos que está llevando a que dejemos de lado la salud: “creo que todas las enfermedades que hay hoy tiene que ver con la contaminación de los alimentos que consumimos. Los productores, para producir más utilizan cada vez más productos agroquímicos y fertilizantes y se está olvidando de la salud” sin embargo, la gente está tomando conciencia y está “haciendo justicia por mano propia tratando de cultivar lo suyo”, agrega.
Por otro lado explica que la gente está comenzando a interesarse en hacer sus propios cultivos también por una cuestión de soberanía, “terminamos comprando lo que nos ofrece el supermercado o la verdulería, que no tienen mucha variedad”.
En este contexto, junto a algunos colaboradores, comenzaron a dictar talleres de huertas urbanas en Yerba Buena, donde había mucha gente interesada. Después recibieron consultas de personas que preguntaban cuándo lo harían en el centro y después fueron invitados por Namasté para dictar ahí también el taller de huertas.
Las redes sociales sirvieron como trampolín para dar a conocer su novedosa oferta y contagiar a la gente la conciencia de comer sano y colaborar con el medioambiente. Siempre pregonando lo ecológico, enseñando cómo cultivar en tu propia casa sin utilizar fertilizantes, “todo agroecológico”.
Existe un gran diferencia entre los productos orgánicos y agroecológicos: “ahora se separan los términos `agroecológico´ de `orgánico´. Un productor que genera cultivos orgánicos, por un lado puede dedicarse a cultivar una sola especie, es decir que se trata de monocultivo y debe seguir una serie de protocolos que certifican a ese producto como tal. Por ejemplo, el terreno tiene que tener un control de tres años que no se haya fumigado con ningún producto y que los vecinos no hayan contaminado con nada. Durante el cultivo, nada de productos químicos y eso va certificado con un logo que lo identifica. Por eso los productos orgánicos son tan caros.
En cambio si vos haces en tu casa un cultivo desde aromáticas hasta cualquier hortícola lo que haces es un producto agroecológico que tiene unas características distintas. Por ejemplo, participa toda la familia, y se puede cultivar más de una especie, es decir que hay diversidad, y no está certificado. Puede ser que en el camino se contamine con algo, entonces no podemos dar la certeza de que es orgánico, y hay personas que sólo pueden consumir alimentos orgánicos”.
De esta manera pregonan la implementación de la huerta jardín “Antes se separaba lo que era la huerta del jardín con las flores”, explica Laura “buscamos integrar esto porque cuando las plagas atacan, al haber tanta diversidad se crea un ambiente equilibrado donde algunos insectos se alimentan de ciertas plagas. Y teniendo un solo cultivo, eso no ocurre. Hay diversas asociaciones que se pueden hacer para equilibrar los cultivos para que le aporten diferentes nutrientes a la tierra y toman otros, de este modo no se utilizan fertilizantes, así que recomendamos hacer rotaciones”.
Se puede cultivar en cualquier lugar, en departamentos y en jardines, en cajones y en cajas de huevos.
El taller
Laura recuerda los inicios de este emprendimiento que crece a pasos agigantados: “empezamos haciendo los talleres en las casas de aquellos a los que les interesaba y se contactaban con nosotros. La idea era que hagan el taller en sus casas y con sus amigos o familiares, porque hay gente que trabaja todo el día y tienen poco tiempo ‘en tu casa con tus amigos y con tus horarios’ pero teníamos tanta repercusión y había tanta gente que quería hacer el taller que fue muy difícil organizarse. Entonces cambiamos la modalidad y pusimos fechas y lugares fijos para los talleres”.
Por lo tanto, hay dos modalidades de taller:
*Días fijos en Yerba Buena: los viernes de 18 a 21 en Acassuso 640.
*Días fijos en el centro: jueves de 18 a 21 en Lamadrid 478.
La otra modalidad de conformar un grupo con vecinos o familiares con un mínimo de 6 personas y dictamos el taller en la casa de esa persona.
Desde la organización se brindan todos los materiales y se divide en una parte teórica, donde se enseñan técnicas para producir de forma correcta y evitar los errores que siempre se cometen y una parte práctica para que se aprenda cómo empezar con el tema de la germinación y se lleven su almácigo a su casa.
Además se trabaja mucho con reciclado, para hacer el taller se trabaja con bandejas de huevo, tetrabrik, botellas, vasitos de café rollos de cocina y papel higiénico.
En los talleres además, aprendes a hacer tu propio abono que sacas de materia orgánica de tu casa, y a la vez eso se utiliza para producir tus propios alimentos y también podés hacer tus propios productos plaguicidas ecológicos.
También es una actividad donde tranquilamente se pueden sumar los más chicos: “hemos tenido alumnos de todas las edades, desde 18 en adelante, pero también es una actividad a la que se pueden sumar los niños para colaborar, es muy terapéutico”.
Además de la oferta de talleres, desde Huertas Agroecológicas Tucumanas, se incorporó recientemente la venta de semillas y 15 variedades de plantines. Próximamente lanzarán la oferta de armar huertas en casas.
Para información e inscripciones: Huertas agroecológicas tucumanas
“Actualmente no se puede consumir nada que no tenga agroquímicos” dice Laura Madariaga, la Ingeniera Agrónoma que hace dos meses y medio comenzó un proyecto para enseñar a realizar huertas urbanas agroecológicas. La repercusión que ha tenido en este tiempo en los tucumanos es muy grande.
Las verduras que consumimos no tienen el mismo sabor que hace algunos años y esto se debe a la forma de producción de alimentos que está llevando a que dejemos de lado la salud: “creo que todas las enfermedades que hay hoy tiene que ver con la contaminación de los alimentos que consumimos. Los productores, para producir más utilizan cada vez más productos agroquímicos y fertilizantes y se está olvidando de la salud” sin embargo, la gente está tomando conciencia y está “haciendo justicia por mano propia tratando de cultivar lo suyo”, agrega.
Por otro lado explica que la gente está comenzando a interesarse en hacer sus propios cultivos también por una cuestión de soberanía, “terminamos comprando lo que nos ofrece el supermercado o la verdulería, que no tienen mucha variedad”.
En este contexto, junto a otros profesionales, comenzaron a dictar talleres de huertas urbanas en Yerba Buena, donde había mucha gente interesada. Después recibieron consultas de personas que preguntaban cuándo lo harían en el centro y después fueron invitados por Namasté para dictar ahí también el taller de huertas.
Las redes sociales sirvieron como trampolín para dar a conocer su novedosa oferta y contagiar a la gente la conciencia de comer sano y colaborar con el medioambiente. Siempre pregonando lo ecológico, enseñando cómo cultivar en tu propia casa sin utilizar fertilizantes, “todo agroecológico”.
Existe un gran diferencia entre los productos orgánicos y agroecológicos: “ahora se separan los términos `agroecológico´ de `orgánico´. Un productor que genera cultivos orgánicos, por un lado puede dedicarse a cultivar una sola especie, es decir que se trata de monocultivo y debe seguir una serie de protocolos que certifican a ese producto como tal. Por ejemplo, el terreno tiene que tener un control de tres años que no se haya fumigado con ningún producto y que los vecinos no hayan contaminado con nada. Durante el cultivo, nada de productos químicos y eso va certificado con un logo que lo identifica. Por eso los productos orgánicos son tan caros. En cambio si vos haces en tu casa un cultivo desde aromáticas hasta cualquier hortícola lo que haces es un producto agroecológico que tiene unas características distintas. Por ejemplo, participa toda la familia, y se puede cultivar más de una especie, es decir que hay diversidad, y no está certificado. Puede ser que en el camino se contamine con algo, entonces no podemos dar la certeza de que es orgánico, y hay personas que sólo pueden consumir alimentos orgánicos”, ejemplifica.
De esta manera pregonan la implementación de la huerta jardín “antes se separaba lo que era la huerta del jardín con las flores”, explica Laura “buscamos integrar esto porque cuando las plagas atacan, al haber tanta diversidad se crea un ambiente equilibrado donde algunos insectos se alimentan de ciertas plagas. Y teniendo un solo cultivo, eso no ocurre. Hay diversas asociaciones que se pueden hacer para equilibrar los cultivos para que le aporten diferentes nutrientes a la tierra y toman otros, de este modo no se utilizan fertilizantes, así que recomendamos hacer rotaciones”.
Se puede cultivar en cualquier lugar, en departamentos y en jardines, en cajones y en cajas de huevos.
El taller:
Laura recuerda los inicios de este emprendimiento que crece a pasos agigantados: “empezamos haciendo los talleres en las casas de aquellos a los que les interesaba y se contactaban con nosotros. La idea era que hagan el taller en sus casas y con sus amigos o familiares, porque hay gente que trabaja todo el día y tienen poco tiempo ‘en tu casa con tus amigos y con tus horarios’ pero teníamos tanta repercusión y había tanta gente que quería hacer el taller que fue muy difícil organizarse. Entonces cambiamos la modalidad y pusimos fechas y lugares fijos para los talleres”.
Por lo tanto, hay dos modalidades de taller:
*Días fijos en Yerba Buena: los viernes de 18 a 21 en Acassuso 640.
*Días fijos en el centro: jueves de 18 a 21 en Lamadrid 478.
La otra modalidad de conformar un grupo con vecinos o familiares con un mínimo de 6 personas y dictamos el taller en la casa de esa persona.
Desde la organización se brindan todos los materiales para la parte teórica y para la parte práctica ya que por un lado se enseñan técnicas para producir de forma correcta y evitar los errores que siempre se cometen y por otro cómo empezar con el tema de la germinación y se lleven su almácigo a su casa.
Se trabaja mucho con reciclado, para hacer el taller se trabaja con bandejas de huevo, tetrabrik, botellas, vasitos de café rollos de cocina y papel higiénico. En los talleres además, aprendes a hacer tu propio abono que sacas de materia orgánica de tu casa, y a la vez eso se utiliza para producir tus propios alimentos y también podés hacer tus propios productos plaguicidas ecológicos.
También es una actividad donde tranquilamente se pueden sumar los más chicos: “hemos tenido alumnos de todas las edades, desde 18 en adelante, pero también es una actividad a la que se pueden sumar los niños para colaborar, es muy terapéutico”.
Además de la oferta de talleres, desde Huertas Agroecológicas Tucumanas, se incorporó recientemente la venta de semillas y 15 variedades de plantines. Próximamente lanzarán la oferta de armar huertas en casas.