Debido a los malos momentos vividos por las inundaciones de marzo de 2015 la preocupación se vuelve a instalar. Los vecinos de los barrios Los Cerros y Tipa, de El Corte, ven con espanto que hacia el norte, trepando el cerro, travacatos, motosierras y camiones han abierto un gran claro en el monte de la yunga.
“Empezaron a mediados de 2015 -calcula Gabriela Lupiáñez para hacer la ampliación de Los Cerros y suspendieron cuando la Municipalidad prohibió seguir construyendo en el piedemonte. Pero hace dos o tres meses empezaron de nuevo”. “Al principio, venían solo los sábados -agrega Mercedes Alderete de López-, pero últimamente vienen tres o cuatro veces por semana. Estamos preocupados: si las inundaciones fueron terribles cuando estaba el bosque, ¡imaginen lo que pasará con las próximas tormentas!”.
A partir de entonces, las voces, apasionadas, muchas veces se superponen; lo que queda claro es que se han quejado al propietario de los terrenos, Alfredo Imbaud, y han intentado que intervenga la Policía.
Santiago Imbaud, uno de los hijos de don Alfredo confirmó a LA GACETA que el proyecto es lotear unas 3,5 hectáreas (de un total de 9), para lo cual tiene hecho el estudio de curvas de nivel de inclinación de terreno, pero desmintió que se esté desmontando.
“Se está realizando limpieza -técnicamente se llama desbajerado-, quitando yuyos y malezas; se han sacado unos pocos árboles para permitir el ingreso al predio”. “Todo ese trabajo está autorizado por la Dirección de Flora, Fauna Silvestre y Suelos, y los pocos ejemplares que sacamos son siempreverdes, que son plaga. Solo el 2% de los árboles son nativos; antes había ahí una finca de citrus”, añade.
“El desbajerado se detuvo cuando la Municipalidad lo dispuso, y cumplido el plazo de 180 días que establecía la norma, se retomó”, aclara Imbaud, molesto, a su vez, con los vecinos.
“Denuncian desmontes y no es cierto. Aseguran que somos los culpables de las inundaciones, y tampoco es cierto: no habíamos tocado ni un arbusto en enero, y se inundaron igual. Todo lo que estamos haciendo está dentro de la ley- replica-. ¡Soy el primer interesado en que la zona no se inunde!”
Según las fuentes, el 5 de agosto los vecinos presentaron al intendente de Yerba Buena, Mariano Campero, una nota en la que piden su intervención. También afirman que no se ha hecho estudio de impacto ambiental.
Dentro de este marco, Franco Marigliano, subsecretario de Obras Públicas de Yerba Buena, reconoció que la prohibición original de realizar cualquier tipo de intervención inmobiliaria en el piedemonte había vencido, efectivamente, en junio, pero informó que -como estaba previsto en el decreto- se prorrogó automáticamente por otros 180 días, por lo que sigue vigente hasta diciembre.
“Para fin de año planeamos tener ajustado el Código de Ordenamiento Urbano. Estamos trabajando en conjunto con la Dirección de Medio Ambiente de la Provincia, con ONG y con el programa de Desarrollo de Áreas Metropolitanas del Interior. Mientras tanto, ningún loteo en el piedemonte podrá ser llevado a cabo”, destacó.
“En las últimas décadas se avanzó con la construcción sin ningún tipo de control; ahora la naturaleza nos está pasando factura. Y es una factura cara. Los problemas relacionados con la ecología no son estancos, y solo se resuelven interdisciplinariamente. No basta con limpiar ríos, del mismo modo que la deforestación sola no causa inundaciones”, resaltó por su parte Hernán Macedo, secretario de Servicios Públicos y Medio Ambiente del municipio.
“El abordaje debe hacerse desde todas las miradas; es por eso que hemos convocado a una mesa de diálogo con la Dirección Provincial del Agua (responsable de los ríos), con Flora y Fauna, con técnicos y especialistas…”, añadió y explicó que el paréntesis de los nuevos 180 días de suspensión de toda actividad relacionada con lo inmobiliario busca, precisamente, lograr una solución integral para la llamada “área roja” de Yerba Buena.
Por su parte, Florencia Sayago, directora de Medio Ambiente (SMA) de la Provincia, confirmó que no se ha otorgado certificación de apto ambiental para ningún emprendimiento inmobiliario en el piedemonte, cosa que atentaría contra la ley de Medio Ambiente y contra la normativa vigente en Yerba Buena.
Foto: ilustrativa