El día 9 de Junio, la Escuela Alfonso Clotilde Doñate, cumplió 65 años . En el marco del Bicentenario, la institución festeja un año más de vida y de gran actividad educativa.
“Los caminos se hacen, se construyen, se modifican, se cierran y se vuelven a edificar, así fue, es y será el obrar de nuestro establecimiento escolar”, de esta manera comenzaba el acto en honor a este nuevo aniversario.
Un cálido encuentro que contó con importantes presencias: Colegio San Javier, Colegio Las Colinas, Escuela Petrona Campero de Adami, Escuela Reconquista, Escuela Salobreña, Centro asistencial Ramón Carrillo y padres de alumnos. Por otro lado la ausencia de los directivos de la municipalidad se hizo notar, ya que no hubo presencias de estos más allá de haber recibido la invitación.
La escuela a veces los recibe desde que son niños y luego de unos años parten en muchas ocasiones a trabajar. Su objetivo principal es educar, formar y amar al niño fruto todas las actividades que se puedan realizar.
El DIARIO DE YERBA BUENA, se hizo presente en este evento tan importante y pudo conversar con Waldina Hidalgo (directora) y Claudio Tognoli (profesor del taller de carpintería integral).
Waldina demostró su felicidad al poder compartir esta fecha que para ella tiene un gran sentimiento. “Para mí significa que significa que sigue creciendo, fortaleciendo, mejorando la trayectoria dentro de la comunidad, sigue ocupando un lugar muy necesario dentro de lo que es la educación para personas con discapacidad”, expresó.
Además comenta que la relación con los padres es buena podría ser mucho mejor, “buscamos que a través de los proyectos, trabajar mancomunadamente para que ellos para tengan conciencia, responsabilidad de lo que es, es decir, acompañar a lo que es esta línea educativa de sus hijos y de la formación de ellos como personas, preparándose para la vida “.
Consultada por lo más urgente para modificar dijo: “Con respecto a infraestructura edilicia podría decir que es la parte del gimnasio de la institución que en algún momento fue un espacio muy valorado y es muy necesario donde se pueden hacer muchas actividades para lograr una formación cultural, artística”.
También agrega que cuentan con el apoyo de la Municipalidad de Yerba Buena, “nosotros recibimos de parte de la Municipalidad de Yerba Buena es desde distintas direcciones (espacios verdes, atención al vecino, política social- la cual nos provee el servicio de trafic para el traslado de los alumnos- además la institución de políticas alimentarias) y por ello fueron invitados al festejo del aniversario.
“Se le dio aviso a la dirección de educación, a Victoria, de Política Social, ósea con quien trabajamos, dirección de cultura, les enviamos las invitaciones pero ninguno de ellos se hizo presente”, concluye.
Por otro lado, Claudio Tognoli, profesor del taller de carpintería integral, cuenta su experiencia con un profundo sentimiento y vocación. Mientras se alistaba para dar la nota, sus alumnos se detuvieron a saludarlo en varias oportunidades, lo que denota su efectivo trabajo y dedicación.
¿Qué podría destacar de su trabajo con los chicos en el taller?
Realmente lo que podes decir es que con la mejor intención del mundo que uno puede venir a pretender enseñarles algo, aprenden más de ellos y gracias a ese aprendizaje es que uno puede implementar las curriculas programadas para que ellos aprendan.
¿Desde qué edad se implementa el taller?
Yo estoy en el secundario, ellos arrancan a los 14 años, hacen un primer ciclo hasta los 16 años, un segundo ciclo hasta los 18 años y un tercer ciclo hasta los 20. En esas condiciones ellos ya estarían listos para egresar de la escuela pero pueden seguir estando a partir de los 20 ya como adultos. La tarea de ellos como adultos en la escuela es por ejemplo, asistir todo lo que es limpieza del establecimiento como personal auxiliar o en otra actividad que se lo necesite, reparaciones en general que necesite el establecimiento, ellos están fuera de la programación de la curricula, participan a veces de las clases de las maestras pedagógicas y cuando no lo quieren hacer, o cuando yo los necesito para otras tareas, que es igual de importante pero más necesarias, entonces los convoco.
¿Hay alguna situación en la que el alumno se niegue a participar del taller?
No, particularmente lo educamos nosotros. Si bien es cierto que hay mucha rebeldía que viene de otros lados, no del establecimiento. Nosotros mínimamente lo podemos manejar, tenemos otros problemas, incluso más graves que vienen de la calle y que tratamos de darle contención, seguimiento y conexión con todo lo que es el área de salud para que ellos superen los problemas que tienen.
En caso que el joven quiera participar del taller de panadería, costura, ¿puede hacerlo?
Sí puede hacerlo, tienen las posibilidades de estar un tiempo en el taller (un año o dos ), completar un ciclo y pasarse al segundo ciclo a otro taller, si eso se produce dentro del establecimiento, es normal que así ocurra y además cuando ellos ingresan se los ubica digamos que “por gusto”, pero están un mes a prueba en cada taller y ahí se define con un informe del taller que van a estar que también depende de las inquietudes y de los gustos que tienen ellos.
¿Los padres intervienen en esto?
En realidad nosotros quisiéramos que los padres intervengan más, mucho más, pero si intervienen. Por ejemplo ahora con la preparación de la fiesta de los 65 años hay padres que han venido a trabajar y a colaborar con la comida.
Además cabe resaltar que los alumnos trabajaron con mucho empeño para festejar el cumpleaños de su escuela.
Claudio, comenta con mucho orgullo: “han trabajado en un montón de actividades, por ejemplo hoy brilla la escuela, es una escuela vieja pero está limpita y justamente se debe a la actividad de ellos, desde cortar el pasto (porque tenemos un taller de espacios verdes), desde el lavado con hidro lavadoras (porque después de tres meses de lluvia las paredes estaban verdes), de la limpieza en general del establecimiento y de la pintura de algunos sectores para que se realce más el estado del edificio”.
La escuela tiene dos turnos, es un primario que está a la tarde y un secundario que está a la mañana y dentro de estos hay ciclos o etapas que se dan por edades, no por capacidades de intelecto, cuando cumplen una determinada edad pasan automáticamente al ciclo que le corresponde. Porque se ha comprobado que en nuestro sistema que es el área especial los jóvenes aprenden mejor cuando están con pares de la misma edad. Hay algunos que tienen mayor nivel intelectual que otros y bueno… también los ayudan a los que van por detrás.
¿Se puede decir que hay compañerismo?
Hay mucho compañerismo y hay mucha fraternidad. Cuando la escuela por alguna circunstancia no le puede dar clase, como por ejemplo, las capacitaciones profesionales docentes que se están haciendo, que son obligatorias, realmente van bajoneados a sus casas porque no tienen clases al otro día. Lo bueno es que en esta escuela, los paros prácticamente no se hacen, entonces ellos tienen una continuidad absoluta y es muy raro que falte alguno, seguramente es por una cuestión de salud, hay un promedio de asistencia de un 90%.
Los talleres:
Carpintería integral (madera y metal), taller de talabartería (que está destinado a algo de costura y algo de cuero), taller de artesanía (cuya muestra tenemos hoy acá en la galería del establecimiento), taller de panadería (que se ha trabajado a full con la comida que se va a servir hoy entre profesores y alumnos) taller de espacios verdes. En total son 5 talleres, estos tienen 5 profesoras que les dan los contenidos transversales referidos a lo que es la ciudadanía, higiene, salud.
¿Qué es lo más difícil de la tarea para usted?
Realmente con los años que tengo acá en el establecimiento ya no me quedan desafíos, la verdad que se siguen presentando nuevos problemas a los cuales les vamos buscando nuevas soluciones.
¿Qué es lo más urgente para solucionar en la institución?
Lo más urgente para solucionar y que ataña al establecimiento a pesar que viene de afuera es la inseguridad y la droga. Realmente es un tema que ingenuamente veíamos los profesores por estar en esta área de que no iba a ingresar al establecimiento, pero es una problemática transversal a todo, entonces… a partir de hace dos años atrás trabajamos con ese nuevo subparadigma que nos muestra la sociedad moderna, que son estas culturas extrañas de barrios de sectas, de bandas… es una problemática nueva que la estamos abordando desde nuestra ignorancia y apoyados por lo que es el sistema de salud, trabajamos muy fuerte con el carrillo y estamos consiguiendo “más mejores buenos resultados que menos mejores buenos resultados”.
Finalmente expresó lo que le produce sentimentalmente ser profesor de la escuela: “Quizás no haya sido la carrera que yo elegí, yo quería ser militar y muchos dirán… no tiene nada que ver, y no tiene nada que ver, la vida me puso acá y a pesar de que no es exactamente lo que yo quería hacer, está muy cerca de lo que hubiese pretendido ser, esto me llena, me complementa me da mucha salud, puedo venir todos los días. Este trabajo me ha dignificado y me ha hecho una mejor persona”.